El Barcelona y el Real Madrid se vuelven a ver las caras en un nuevo Clásico por la liga española, entre escándalos por el caso Negreira.
La semana será intensa y Joan Laporta, el presidente, ha sido el primero en poner el pecho y dar una respuesta contundente a la vorágine que está llegando desde la capital.
En un acto con los capitanes de los equipos profesionales del FC Barcelona, Laporta se refirió al ‘caso Negreira’, en el que se ha personado el Real Madrid, y tildó de «sinvergüenzas» a todos los que tratan «de ensuciar nuestro escudo».
Sergio Busquets, capitán del primer equipo de fútbol, fue uno de los que escuchó de cerca un mensaje que debe ayudar a motivar aún más al equipo de cara al clásico del domingo ante el Real Madrid.
La imagen del Barça no puede quedar manchada y recordó que “no utilizamos la palabra valores para quedar bien, sino porque es parte fundamental de nuestro modelo de excelencia deportiva del club. Ganamos deportivamente en el terreno de juego, cuando ganamos lo celebramos y cuando perdemos, felicitamos deportivamente a los rivales. Somos unos defensores de los valores del deporte”.
Aunque este fin semana tanto Barcelona como Real Madrid salieron airosos en sus respectivos compromisos en la liga española, lo cierto es que ambos equipos viven realidades muy distintas antes de que este domingo se midan en el Clásico.
El Barcelona, primero en la tabla de posiciones con 65 puntos, se ha mostrado como una máquina fiable que gana partidos (21-2-2), no importa si muchos de ellos son 1-0 y siempre que sea a su favor suma igualmente tres puntos y siempre que sea a su favor suma igualmente tres puntos.
Con ese mismo marcador venció este domingo 12 de marzo en casa del Athletic Club de Bilbao con gol de Raphinha y polémica arbitral.
En la otra orilla está el Real Madrid, que va segundo en la tabla con 56 puntos, a nueve del Barça tras su victoria del sábado 3-1 sobre el Espanyol. El equipo anda algo falto de gol, con un intermitente Karim Benzema y contínuas rotaciones.
Este miércoles el Madrid, alejado del escándalo arbitral, enfrenta al Liverpool en la vuelta de octavos de la Champions, tras imponerse en la ida 5-2. Barcelona descansa tras haber sido eliminado también de la Liga Europa y llega más fresco al Clásico en el Camp Nou