La cual está repleta de terroríficos y perturbadores instantes hasta para el individuo con más temple, convirtiendo el término de sonreír en una verdadera pesadilla para los espectadores.
Del director debutante Parker Finn, llega una historia de terror que muestra que todavía cayendo en clichés y sin plantear nada en verdad nuevo.
Seguramente estarán intentando encontrar en el momento de mercar sus entradas.
Una terapeuta que labora en la sala de traumatología de un nosocomio psiquiátrico local como un claro intento de aliviar parte del trauma que padeció a lo largo de su niñez al haber encontrado el cuerpo humano de su mamá luego de que se suicidó.
Quien, con una vida aparentemente perfecta, vive ensimismada y parece haber olvidado por completo su traumática niñez. Del mismo modo está Trevor (Jessie T. Usher, a quien recordamos por la serie The Boys), el prometido de Rose y quien parece ser un hombre de ensueño.
Un día en el trabajo, Rose obtiene a una dama chico llamada Laura, quien parece estar a lo largo de un episodio psicótico. Dice estar viendo cosas e individuos, varias que conoce, otras que no, sin embargo, solamente ella las puede ver, empero lo más extraño de todo y lo cual más atormenta a Laura es que continuamente permanecen sonriendo. No con una sonrisa cualquier persona, sino enormes, inquietantes y antinaturales.
Ella insiste en que no está loca, empero considera que va a fallecer rápido una vez que, de repente, Laura entra en un ataque de pánico descomunal, lo cual la lleva a caer al suelo y tirar en el camino una maceta de cerámica. En aquel instante Rose voltea la mirada un momento para tomar un teléfono y solicitar ayuda, sin embargo, una vez que regresa con Laura, ella está parado justamente con aquella sonrisa inquietante plasmada en su cara. Silenciosamente y sin dejar de sonreír, Laura se corta el cuello con una parte de cerámica rota y cae muerta al suelo.
Evidentemente, Rose está plenamente inquieta por ello, empero solo pasan unas escasas horas anterior a que empiece a ver las mismas cosas que Laura estaba describiendo.
Inicialmente son solo siluetas en las penumbras de las esquinas de su vivienda, cosas que Rose atribuye a su trauma e imaginación, sin embargo, todo empeora una vez que ella empieza a ver personas con estas sonrisas, a escuchar ruidos y voces y a hacer cosas que ella no rememora, solo dos días previo a transformarse en un completo desastre.