«Como fan vitalicio del terror, Finn pensó que un prerrequisito del género es que el público se identifique con los personajes. Las cintas más espeluznantes funcionan primero como historias dramáticas, de esta forma que su objetivo ha sido generar una protagonista grandiosa, puesto que, si ella te importa, su dilema te interesará. Luego empiezas a edificar instantes siniestros orientados al núcleo de lo cual asusta a los espectadores, generas cosas inesperadas y trastocas sus expectativas de métodos inquietantes y aquello es lo cual te da Sonríe”, describió Sandra Cortez, gerente de marketing de Andes Films.