El Callejón Del Beso es el escenario de diferentes historias de amor de quienes lo visitan.
Si hay un lugar en México que crea en el amor es el Callejón Del Beso, que como su nombre lo indica, es una calle muy estrecha compuesta por dos casas pintadas de rojo y naranja, sus balcones se encuentran en las alturas a menos de un metro de distancia, lo que permite hablar con alguien de terraza a terraza, motivo por lo que nació la historia de amor que lo volvió famoso.
Está ubicado en el centro de la ciudad de Guanajuato, en el número 36000. Ahí se puede acceder libremente para tomarse fotos y subir a los balcones.
En este lugar, vive la historia de amor entre dos personas: Carmen y Don Luis. Ella era la hija de un hombre muy celoso, quien la tenía encerrada en casa para que no conociera a ningún hombre, pues él quería que se casara con un adinerado hacendado o que lo cuidara en su vejez.
Ellos vivían en el callejón, por lo que Carmen lograba salir a tomar el aire fresco a esta estrecha calle.
Su papá pensaba que estando ahí no sufriría el acoso de otros caballeros, principalmente mineros a quienes despreciaba por su oficio, y no se preocupaba tanto por dejarla tomar el aire. Pero no midió el “peligro” que su hija corría estando en esta estrecha calle.
Su papá pensaba que estando ahí no sufriría el acoso de otros caballeros, principalmente mineros a quienes despreciaba por su oficio, y no se preocupaba tanto por dejarla tomar el aire. Pero no midió el “peligro” que su hija corría estando en esta estrecha calle.
Carmen conoció a un hombre “Don Luis”, un minero humilde que, a diferencia de ella y su padre no poseía riquezas ni una vida a acomodada en un callejón, sino que era un trabajador que acudía a la iglesia constantemente.
Carmen, siendo parte de una familia católica convenció a su padre para que la dejara ir a misa cada domingo sin falta, como todas las mujeres, era inteligente y sólo quería ser libre del yugo de su padre.
Se escapaba del callejón a la iglesia para rezar y para ver a Don Luis; sin embargo, una de aquellas escapadas resultó un caos, pues el padre encontró a Carmen en medio de una escena conmovedora con su amado, ya que él le estaba dando agua bendita de sus manos, y además de amenazarla con encerrarla en casa bajo llave o bien, en un convento, le aseguró que se casaría con un adinerado español.
Ella, a través de su nana, Doña Brígida, le envió una carta a Don Luis en la que le contaba los planes de su papá y éste estaba tan enamorado de Carmen que pasó varias tardes afuera de su casa.
Así descubrió el callejón y la cercanía entre casas, así que juntó sus ahorros y averiguó quien era el dueño de la otra casa del callejón y la compró. ¡Muy arriesgado!
Sin que se enterara el papá de Carmen, Don Luis y Carmen pasaban largas jornadas nocturnas hablando a través de los balcones del callejón y al despedirse lo hacían con un tierno beso de amor.
Como toda historia, el amorío no terminó bien. Una noche, el padre escuchó murmullos y al entrar vio a la pareja darse un beso y la ira lo invadió, así que tomó una daga que, entre forcejeos y golpes, clavó en el pecho de su hija, pues prefería verla muerta que con Don Carlos. ¡Lamentable!
El enamorado sostuvo a Carmen entre sus brazos y la besó sabiendo que ése sería el último.
Días después, Don Luis se lanzó al vació desde la Mina de la Valenciana, pues no soportaba vivir sin la chica del callejón y desde entonces, es un lugar mítico para toda pareja de enamorados que camina por Guanajuato.
Dicen que las parejas que pasen por el callejón deben besarse o afrontar la mala suerte. Y aunque es romántico, suele ser complicado, ya que se llena de parejas que desean besarse en él y la realidad es que es muy pequeño, puesto que mide apenas 69 cm de ancho, mientras que los balcones, prácticamente, se tocan. ¿Te atreverías a pasar por aquí?