Netflix en su laberinto: ¿menos, más grandes y mejores?

A raíz de la pérdida de suscriptores y la caída de sus acciones, la N roja recalibra su estrategia comercial y propone menos estrenos, pero más potentes

Netflix está en un laberinto a partir de mediados de abril, una vez que hizo saber que por primera ocasión en casi una década había perdido suscriptores. No parecen demasiadas 200 mil cuentas, más que nada con la guerra entre Ucrania y Rusia de por medio y una vez que el total en torno al mundo ronda los 220 millones.

Pero el pronóstico de la baja de otros 2 millones para el segundo trimestre de 2022 se tradujo en un cimbronazo de diversas secuelas, a la vez que prendió las luces de alerta en un mercado que, como el de las plataformas, ya parece haber encontrado su techo para entrar en una totalmente nueva fase caracterizada por la depredación y el “robo” de consumidores. A medida que ciertos analistas de Hollywood ya hablan de la “pos guerra” del streaming, la compañía de la N roja, cuyas ocupaciones cayeron 44 por ciento a partir de ese anuncio, recalibra su táctica comercial por medio de diversos frentes, como un cambio de criterio en la ejecución de producciones propias y el hasta ahora fallido intento de eludir el préstamo de cuentas

Durante dichos meses, un vocablo ha aparecido una y otra en las notas periodísticas de los medios especializados en la industria. Hablamos de “churn”, que refiere a la tasa de pérdida de consumidores, una variable vista con cada vez más atención por Netflix y sus participantes

Para intentar aquietar las aguas, y a medida que sostienen que lanzarán una estrategia de suscripción con publicidades más económico, ya han determinado una hoja de ruta para sus series y cintas que el portal The Hollywood Reporter (THR) ha resumido con el término “menos, mayores y mejores”, o sea, menos títulos, sin embargo, de más grande envergadura y calidad. Es, entonces, un punto final para el lapso de “un estreno por semana”, así como además para esas cintas con más peligro artístico. Un peligro que para los ejecutivos de la compañía equivale a “proyectos vanidosos” como El irlandés, de Martín Scorsese, cuyo presupuesto ha sido de 175 millones de dólares. “Los tiempos de hacer cualquier cosa para atraer talentos y darle carta blanca terminaron”, sentenció una fuente anónima a THR.