Jurassic World: Dominion es una conclusión apropiado y visualmente espectacular, pero flojo de la llamada segunda trilogía de la franquicia
Algunas de las escenas de Jurassic Park: Dominion de Colin Trevorrow son homenajes directos — y con menos calidad — de la cinta original dirigida por Steven Spielberg. Más que nada en el primer tramo, a lo largo del cual la cinta debería narrar un mundo en que los dinosaurios forman parte del ecosistema.
O, es decir, una amenaza patente y constante en un mundo que, de rápido, ha descubierto que hay un depredador para el ser humano. La conjetura, que parece abarcar las 6 cintas de la saga en un exclusivo argumento, es ambiciosa. Empero además fracasa al ser incapaz de comprender todos los tópicos que aspira narrar
Sin embargo, es insuficiente al intentar hilvanar por lo menos 3 hilos narrativos diversos
Todo en un acento a la nostalgia que, en sus peores instantes, resulta un lastre difícil de desconocer. En concreto, una vez que el argumento toma la inexplicable elección de enlazar el pasado con su perspectiva nueva sobre el asunto en un juego de referencias innecesarias.