México empezó el año encarando el reto creciente que representa la última variante exitosa del coronavirus, de nombre Ómicron. Se especula que es menos peligrosa que sus antecesoras, aunque no está comprobado. De lo cual sí se tiene certeza es que es más contagiosa. Los 3 récords de casos registrados cotidianos con todo y que pertenece a los territorios que menos pruebas hace- garantizan la consejo.
Con todo y aquello el régimen ha decidido continuar adelante con el regreso a las clases presenciales. Y más allá de las críticas o la ayuda a tal elección, lo apuntan especialistas es el peligro de tener a los alumnos en los salones sin las medidas sanitarias (y de protección) que ello amerita.
En menos de una semana el territorio registró 3 récords de reporte de contagios cotidianos. El último ha sido este 12 de enero, con 44 mil 187 casos. Y aquello sin contar el subregistro. Todavía de esta forma las autoridades no ven señal de alarma para el regreso a los planteles. La alcaldesa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, comentó que frente a la llegada de Ómicron no ve primordial suspender en este instante las clases.
El mandatario Andrés Manuel López Obrador (AMLO) disminuyó la cepa un “covidcito”, que no representaba ningún peligro. El secretario de Salud, Jorge Alcocer, señaló que a los chicos les bastaba con “VicVaporub y paracetamol” para tratarse el contagio. Y días previamente, el subsecretario de Salud y cara pública de la táctica nacional contra el coronavirus, Hugo López-Gatell, descartó por el instante cualquier esfuerzo por vacunar a los menores de 15 años, alegando que no era una sector de peligro.