Ómicron se convirtió en el nuevo desafío que el Coronavirus 19 muestra a la sociedad científica. Los primeros 77 casos secuenciados han puesto en alerta a la OMS (OMS), que ha calificado de “peligro bastante elevado” la existencia de esta nueva variante detectada en Sudáfrica.
No obstante, los profesionales piden prudencia frente a el desconocimiento existente. Lo cual sí han comprobado ya es que es de simple detección con un examen hospitalario.
“No hace falta una secuenciación genómica sino que se puede identificar con los examen para la variante Alfa y aquello nos posibilita tener un sistema de detección bastante veloz”, asegura Iñaki Comas, investigador del Instituto de Biomedicina de Valencia del CSIC y integrante del equipo de Fisabio que hace vigilancia genómica y seguimiento de las novedosas versiones.
No obstante, la sucesión genómica está aportando datos acerca de una variante que se convirtió en un ‘frankenstein’ jamás observado. Hasta 27 mutaciones pico muestra en relación a las ya conocidas, varias de las que todavía no se conoce nada. “Nos preocupa ya que hemos observado varias de ellas por separado, empero jamás cada una de juntas”, destaca Comas.