La radicalización de AMLO. La segunda mitad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador está iniciando y hay varios temas que deben prender focos rojos. El Presidente parece empezar a desesperarse, se le acaba el tiempo, las cosas no le están saliendo como pensaba y se le percibe un tanto acorralado por la frustración; esto podemos verlo en varias declaraciones y decisiones de las últimas semanas que adelantan una preocupante radicalización en lo que viene.
Primero, el 10 de noviembre, AMLO aceptó finalmente que existía desabasto de medicamentos. Después de insistir en que todo estaba bien, de pronto sorprendió con lo que pareció ser un regaño al secretario de salud, “que ya no aceptará pretextos en el desabasto de medicamentos”. El 22 de noviembre, mencionó que, de ser necesario, la distribución se llevaría a cabo por las fuerzas armadas.
El 20 de noviembre, el ejército cruzó una peligrosa línea con las declaraciones del secretario Luis Cresencio Sandoval en las que, rompiendo la neutralidad política que ha caracterizado a las fuerzas armadas, exhortó a todos a unirse al proyecto de nación de la 4T.
Sobre la cobertura de internet en el país, las declaraciones de su mañanera del 22 de noviembre realmente son sorprendentes. ¿En serio después de tres años de gobierno nos viene con que el problema de cobertura no es de recursos, sino de tecnología? Dijo que por eso en algunos lugares de México si está nublado no se puede hablar ni por teléfono, y que por ello pidió a la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, realizar un programa de cooperación tecnológica con nuestro país para el tema de internet y redes sociales. Decepcionante, con ello nos adelanta que ya no habrá internet para todos.
El mismo 22 de noviembre por la tarde vino el #Decretazo. Se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Acuerdo para declarar todas sus obras como de interés público y seguridad nacional, y así saltarse todos los procedimientos y normas a que están sujetos los trámites relacionados. Ya se ha escrito mucho sobre la gravedad del tema; tanto desde el punto de vista jurídico, político y de competencia económica es un despropósito, un golpe autoritario y de opacidad que se calculó justo para después de su reunión con los mandatarios de EU y Canadá.
El nombramiento del gobernador del Banco de México. Si no se entendió el anuncio de Arturo Herrera por su inusual anticipación, menos tiene sentido la reversa porque la justificación en el momento había sido, a decir del propio AMLO, dar tranquilidad a los mercados que, justamente, están reaccionando negativamente a su drástico viraje, y porque el nuevo nombramiento recae en una funcionaria que no cumple cabalmente con los requisitos legales del perfil.