La intérprete de Toxic ha llegado en helicóptero al mejor destino paradisíaco que podría haber elegido: su isla privada. Ha llegado al lugar indicado, desierto, rodeado del mar y completamente aislada para desconectar de todos los malos tragos sufridos en las últimas temporadas.
Todo el mundo no puede presumir del lujo de salir de su rutina y aprovechar el cálido ambiente de una isla paradisíaco. Britney Spears, por supuesto, no duda en aprovechar ese privilegio y lo comparte en sus redes.
Tapada con una amplia pamela blanca y unas anchas gafas oscuras, luciendo un corto conjunto estampado, bajo una chaqueta negra de corte hasta casi la rodilla y unos zapatos marrones a juego con el bolso, la cantante estaba preparada antes de partir a su viaje a un lugar que, a juzgar por su modelito y lo que ha relatado en su Instagram, no tendría un tiempo demasiado otoñal.
“Llegando a una isla privada. Se está bien aquí, aunque hace demasiado calor”, ha señalado Britney. Con móvil en mano, fue narrando los acontecimientos de cara a la cámara para sus fieles seguidores, como es costumbre por su feed.
Britney ha grabado los detalles de la llegada a una pequeña isla en la que solo hay una única propiedad: la suya. A salvo de cualquier fanático y de la mala prensa, ha mostrado la isla desde arriba, rodeada de aguas azulinas, y la llegada al puente de madera que da acceso al lugar.
Por ahora, se desconoce el destino elegido por la artista pero, sin duda, va a disfrutar de unos días con su limitada y confortable compañía elegida. Bien es sabido que la cantante es una apasionada de los destinos tropicales, como lo demostró con su viaje a isla de Maui (Hawái) hace cuatro semanas.