El mejor Cine en Tampico : Presencia en Cinebox, Steven Soderbergh, conocido por su inquietud creativa y su constante exploración
Steven Soderbergh, conocido por su inquietud creativa y su constante exploración de los límites del lenguaje cinematográfico, regresa con «Presencia», un drama de suspenso que combina lo sobrenatural con un estudio profundo de la mirada en el cine. La película, que se estrena el 13 de marzo, no es solo una historia de fantasmas, sino también una reflexión audaz sobre cómo vemos y cómo somos vistos a través de la cámara.
En «Presencia», Soderbergh lleva su experimentación visual a un nuevo nivel. La cámara no es solo una herramienta para contar la historia; es un personaje más, una presencia invisible que observa, interactúa y, en cierto modo, influye en los acontecimientos. Bajo el alias de Peter Andrews, Soderbergh asume el rol de director de fotografía y camarógrafo, moviendo la cámara en planos secuencia que sumergen al espectador en la narrativa.
La película comienza con la llegada de una familia disfuncional a una lujosa casa. Desde el primer momento, la cámara ya está dentro, observando desde un punto de vista que no pertenece a ninguno de los personajes. Esta mirada fantasma se convierte en el hilo conductor de la historia, creando una sensación de intimidad y misterio que atrapa al espectador.
La trama gira en torno a la familia compuesta por Rebekah (Lucy Liu), una madre dura y decidida; Chris (Chris Sullivan), su marido; y sus dos hijos adolescentes, Tyler (Eddy Maday) y Chloe (Callina Liang). Cada uno de ellos lleva consigo heridas emocionales y secretos que se van revelando a medida que la historia avanza.
Chloe, en particular, es el centro de la narrativa. Tras la muerte de su mejor amiga, Nadia, Chloe comienza a sentir una presencia extraña en la casa. ¿Es el fantasma de Nadia? ¿O algo más siniestro? La película explora estas preguntas mientras profundiza en las dinámicas familiares, mostrando cómo cada personaje lidia con sus propios demonios internos.
Aunque «Presencia» se enmarca en el género de suspenso, Soderbergh logra sus mejores momentos en el drama familiar. La relación entre Rebekah y Tyler, marcada por la frialdad y el egoísmo, contrasta con la conexión más cálida entre Chris y Chloe. Estas interacciones están tan bien construidas que la presencia fantasma casi pasa a un segundo plano, convirtiéndose en un catalizador para explorar los conflictos humanos.
Sin embargo, el elemento sobrenatural no está del todo logrado. El fantasma, representado por la cámara, no genera tanto miedo como intriga. Su papel en la historia es más enigmático que aterrador, y su resolución final puede resultar convencional para algunos espectadores. Aun así, la idea de que la cámara sea el fantasma es un recurso innovador que añade una capa adicional de misterio y reflexión.
Soderbergh no teme arriesgarse, y «Presencia» es un claro ejemplo de su espíritu experimental. La película tiene claras similitudes con obras como «A Ghost Story» y «El sexto sentido», pero se distingue por su enfoque en la mirada cinematográfica. El uso de la cámara como un ente activo dentro de la narrativa es un gimmick que, aunque no siempre funciona a la perfección, añade un aura de originalidad al proyecto.
El lente deformante y la distancia física de la cámara respecto a los personajes crean un efecto de desapego emocional que puede limitar la conexión del espectador con la historia. Sin embargo, esta elección también refuerza la idea de que estamos siendo testigos de algo íntimo y ajeno al mismo tiempo.
«Presencia» es una película que desafía las convenciones y nos invita a reflexionar sobre cómo miramos y cómo somos mirados. Aunque su núcleo dramático es más impactante que su elemento de suspenso, la película demuestra una vez más que Steven Soderbergh es un cineasta incansable, siempre dispuesto a explorar nuevos territorios.
Para los amantes del cine que buscan algo más que una historia convencional, «Presencia» ofrece una experiencia visual y narrativa que vale la pena descubrir. No es una película perfecta, pero su audacia y creatividad la convierten en un experimento fascinante dentro de la filmografía de Soderbergh.
En resumen, «Presencia» es un recordatorio de que el cine sigue siendo un campo de exploración infinita, y Soderbergh, un fantasma creativo que nunca deja de sorprendernos.