Durante las dos semanas posteriores al derrumbe del edificio Champlain Towers South, las autoridades insistieron en buscar sobrevivientes, una esperanza que se renovó luego de que los trabajadores demolieron lo que quedaba del edificio, lo que permitió a los rescatistas acceder a nuevas áreas de escombros. Había esperanzas de hallar huecos o espacios entre los restos donde alguien pudiera haber sobrevivido.