Cartelera película Cinebox: 5 Datos sobre Un hombre diferente, Cuanto más cambian las cosas más idénticas permanecen en Un Hombre Diferente
Cuanto más cambian las cosas más idénticas permanecen en Un Hombre Diferente (A Different Man) de Aaron Schimberg, una brillante comedia negra sobre un hombre que, no importa cuánto cambie en el exterior, sigue siendo el mismo por dentro. Y eso es un tortura para él.
Lo que hace el director Aaron Schimberg con la representación en esta película es radical. Las tendencias para retratar actores con discapacidades tienden a ser contratar a alguien con esa condición, lo que puede parecer explotador, o contratar a una gran estrella famosa que no parece auténtica para el público. Aquí Schimberg hace ambas cosas. Debido a que Edward pierde su diferencia facial, aunque de una manera muy sangrienta y dolorosa, el director puede contratar a un actor conocido manteniendo la autenticidad de la película. Vale la pena mencionar que Michael Marino crea algunos de los trabajos protésicos más realistas que jamás haya visto. Sería una farsa si no estuviera en la conversación sobre los Oscar 2024.
Las películas con tonos y temas tremendamente diferentes pueden funcionar, como lo demuestran las películas de Charlie Kaufman, Quentin Tarnatino, Daniels y otros. A Different Man lo intenta, pero se desmorona mucho antes de que termine de cambiar las cosas.
A medida que avanza, no parece tener una idea completa de hacia dónde se dirige, y varias escenas parecen como si pudieran cerrar la película antes de que finalmente termine con poco menos de dos horas de duración. A pesar de todo, sigue siendo un ejemplar fascinante, tan extraño como estimulante, una elección perfecta para un distribuidor conocido por arriesgarse con su contenido: A24.
La exploración de la identidad y la representación de Schimberg tiene las mejores intenciones, pero los aspectos más audaces de A Different Man a menudo abruman los interesantes temas centrales de la película. Pero las actuaciones de Stan y Pearson y cómo se equilibran entre sí, y las preguntas que aborda Schimberg, ciertamente valen la pena ser exploradas en esta loca historia.
Es una producción bien pulida. El trabajo del diseñador de maquillaje Mike Marino es súper impresionante y tanto la música de Umberto Smerilli como la cinematografía de Wyatt Garfield (filmada en 16 mm) evocan creativamente la estética negra que busca Schimberg. Y aunque Stan está más que comprometido con su papel, es Pearson cuya presencia cautiva más la pantalla. Lo cual, suponemos, es en cierto modo el objetivo de Schimberg.