Faltan goles, sobra corazón: La Jaiba Brava en el séptimo lugar. La ofensiva de la Jaiba Brava es la peor ocupando el último lugar del torneo.¿Podrá la Jaiba Brava, con el empuje de su gente arrebatarle el invicto a los poderosos Leones Negros de la U de G el próximo sábado?
El calendario de la Liga Expansión MX ha jugado una carta inesperada para los Celestes de la Jaiba Brava.
El partido de la jornada 10, programado para el sábado 22 de octubre de 2024, ha sido pospuesto, dejando una semana completa de preparación antes de enfrentar a los Dorados de Sinaloa en el coloso del Estadio Tamaulipas.El viernes pasado, en el estadio Gregorio Tepa Gómez, la historia de la Jaiba Brava se repitió una vez más.
Un empate más, una sensación que deja a la afición celeste con el corazón en la mano. La oportunidad estaba ahí: un hombre de más en la cancha, un gol para cada lado, pero al final, la certeza de que, incluso con esa ventaja, el triunfo no llegó. Una vez más, el balón no encontró su camino a la red, y el equipo terminó con esa sensación amarga de que la derrota rondaba cerca.
Este tiempo extra no solo servirá para trabajar en lo físico y táctico, sino también para algo quizás más importante: la introspección. Es momento de que cada jugador mire hacia adentro y se haga la misma pregunta que muchos en la afición venimos repitiendo: ¿Es este todo el talento que los jugadores pueden aportar?Muchos buscarán culpables, señalarán con el dedo, pero la realidad es clara: ni la directiva ni don Gastón Obledo tienen la responsabilidad de lo que sucede en el campo.
Son los que llevan la camiseta, los que pisan el césped, quienes tienen la tarea de convertir esas jugadas en goles, de transformar la lucha en triunfo. Y aunque algunos lo llamen ironía, lo cierto es que, con lo visto en estas jornadas, aunque el rival dejara su portería sin guardián, la Jaiba Brava seguiría batallando para que el balón cruce la línea.
Porque, si analizamos el desempeño en el campo, hay una realidad que no podemos ignorar. Don Gastón Obledo, estratega de la Jaiba, no es quien está en la cancha para meter los goles. La táctica está ahí, las estrategias funcionan, pero cuando llega el momento de ejecutar, los jugadores no están a la altura.
Con 12 unidades en la tabla y el noveno lugar asegurado, la distancia con los puestos de arriba no es grande. Apenas tres puntos separan a la Jaiba Brava de la posibilidad de soñar con la clasificación, de mirar la siguiente fase como una meta alcanzable. Pero ese sueño choca contra una realidad: la ausencia de goles. Cada empate es un recordatorio de los triunfos que pudieron ser y que se escaparon, de la sequía que pesa en el ánimo del equipo y de la afición.
Los números no mienten. La ofensiva de la Jaiba Brava ocupa el último lugar entre 15 equipos; la peor ofensiva del torneo. A la defensiva, el panorama es diferente: son la tercera mejor.Ahora, la Jaiba Brava encara sus últimos tres partidos, dos de ellos en casa. Pero jugar en el Coloso de la Unidad Nacional no es garantía de éxito. Uno de esos encuentros será contra los líderes del torneo, invictos hasta la fecha, con 27 unidades, 20 goles a favor y solo 8 en contra. Llegarán con la etiqueta de equipo imbatible, con la fortaleza de ocho victorias y la misión de mantenerse invictos.
Sin embargo, lo que ha impedido que el equipo escale más alto es la falta de goles. La artillería está silenciada, la pólvora está mojada.Por su parte, los Celestes han entregado un torneo de esfuerzo y lucha constante, aunque con pocos frutos. Tres derrotas, seis empates, dos victorias y solo seis goles a favor. El título no oficial de «Rey del Empate» se disputa junto a los Venados de Yucatán, pero la afición quiere más. Quiere ver a su equipo dar el salto, romper las cadenas que lo han atado a la mitad de la tabla y aspirar a algo más grande.
Con solo cinco jornadas restantes en el torneo regular, el panorama es incierto.Y ahora, la pregunta que resuena en cada rincón de la afición celeste es clara: ¿Podrá la Jaiba Brava, con el empuje de su gente, con la fe de quienes nunca dejaron de creer, arrebatarle el invicto a los poderosos Leones Negros de la U de G el próximo sábado? ¿Será este el momento de cambiar la historia, de dar el golpe sobre la mesa y demostrar que este equipo tiene lo necesario para superar la adversidad?
Hoy, la Jaiba Brava se encuentra en el séptimo lugar de la tabla general, y la afición, fiel como siempre, sigue con el corazón en la mano, esperando una clasificación que sería el reflejo de todo el apoyo brindado a los jugadores en este torneo.La respuesta está a 90 minutos de distancia, en un partido que puede ser el punto de inflexión.
Porque en el fútbol, la gloria es para quienes se atreven a soñar, para quienes luchan más allá de las estadísticas y convierten cada grito de la afición en energía para pelear hasta el final. Este sábado, el estadio será testigo de un nuevo capítulo, y la Jaiba Brava tiene en sus manos la oportunidad de escribirlo con letras doradas.
¿Lograrán los Celestes reavivar su ofensiva y responder al llamado de su afición? ¡Vamos, Jaiba Brava! La esperanza sigue viva, y la afición está lista para vibrar junto a cada jugada, cada pase, cada balón disputado. Porque en el fútbol, la historia nunca está escrita hasta el último segundo. ¡Que la pasión celeste haga rugir al Coloso!
El tiempo dirá, pero lo cierto es que este equipo tiene una deuda pendiente con su gente. ¡Vamos, Jaiba Brava, es ahora o nunca!