Aúllan y Ganan Los Coyotes de Tlaxcala y se chutan un caldo de Jaiba Brava en el Tamaulipas ante 6 mil aficionados que se dieron cita.
El estadio Tamaulipas se convirtió en el escenario de una tragedia deportiva la noche del 14 de septiembre.
Los Coyotes de Tlaxcala, astutos y calculadores, se llevaron la victoria con un solitario gol que silenció a los casi seis mil aficionados que llegaron al estadio llenos de esperanza. Fue una noche en la que los celestes generaron oportunidades, una tras otra, pero la fortuna no estuvo de su lado. Los partidos se ganan con goles, no con llegadas, y ese fue el pecado capital que la Jaiba Brava volvió a cometer.
El estadio Tamaulipas había sido un bastión impenetrable, un lugar donde la Jaiba Brava se mantenía invicta durante 45 partidos.
Pero esa noche, todo se derrumbó. La derrota no solo representó la pérdida de tres puntos, sino la caída de una racha que llenaba de orgullo a toda la afición. Los celestes lo tenían todo: el control del juego, la actitud, y hasta el clima jugaba a su favor. Sin embargo, una pifia en la defensa fue suficiente para que los Coyotes de Tlaxcala aprovecharan su única oportunidad y se llevaran el triunfo.
La Jaiba Brava tuvo todo para ganar, pero se murió de nada. El control del balón y las numerosas llegadas al área rival no se tradujeron en goles. Mientras que los Coyotes, con apenas un par de llegadas, supieron capitalizar una jugada a balón parado y luego se encerraron atrás, aguantando el embate celeste.
Fue un golpe duro para los jugadores y la afición, quienes vieron cómo su equipo caía en una derrota inexplicable. Era una noche destinada a la gloria, pero terminó siendo un momento de reflexión y dolor.
Este resultado deja al Tampico-Madero en el octavo lugar de la general, obligándolos a afrontar una serie de compromisos fuera de casa. Los próximos encuentros ante Alebrijes de Oaxaca, Toros del Celaya, y Alteños de Tepatitlán serán vitales para recomponer el rumbo y demostrar que la caída ante los Coyotes fue solo un traspié.
El equipo no regresará al Tamaulipas hasta octubre, en la noche de brujas, cuando buscarán exorcizar los fantasmas de esta derrota y reavivar el romance con su afición.
Es momento de que la dirección técnica, encabezada por Gastón Obledo, tome esta derrota como un punto de inflexión.
La Jaiba Brava tiene el talento y la pasión para resurgir y escribir un nuevo capítulo lleno de glorias y triunfos.
La afición ha sido y seguirá siendo el alma del equipo, y aunque esta derrota duele, también puede ser el impulso necesario para luchar con más fuerza. Los corazones celestes deben recordar que las caídas son solo el preludio de grandes victorias.
¡Vamos, Jaiba Brava! La historia no termina aquí, apenas comienza un nuevo desafío.