Cartelera película Cinebox: «Alien: Romulus»: «Es la mejor película de la saga en décadas», Desde las dos primeras películas de la saga
Desde las dos primeras películas de la saga, en la década de 1980, la serie de ciencia ficción y terror de Alien ha sido muy inconsistente. Pero esta última entrega vuelve a lo básico y da como resultado una película de monstruos increíblemente aterradora.
Ya son ocho las películas de Alien que han sido estrenadas –incluyendo las dos de Alien vs Predator-, pero cuando contamos cuáles de ellas son realmente buenas, el número se reduce bastante.
La serie es famosa por las secuelas y precuelas marcadas por choques de personalidades en los rodajes e interferencias de los estudios.
Incluso las dos últimas, Prometheus y Alien: Covenant, terminaron siendo repetitivas y pretenciosas, a pesar de haber sido dirigidas por el realizador de la incomparable versión original de 1979, Ridley Scott.
Pero ahora, la lista de realmente buenas de películas de Alien ha aumentado con una más. Fede Álvarez, el director uruguayo de «No respires» y el remake de 2013 de The Evil Dead, triunfa con un thriller de ciencia ficción inteligente, cautivador y a veces sobrecogedor, que lleva la serie de nuevo a sus raíces de angustiosa película de monstruos al tiempo que le inyecta sangre nueva; sangre ácida nueva, podríamos decir.
Álvarez sitúa Alien: Romulus entre los acontecimientos del Alien de Scott y el Aliens de James Cameron, y se ocupa de recrear la atmósfera retrofuturista de esas películas.
En particular, recrea la estética industrial desgastada de esas producciones, con su iluminación tenue, sus chorros de vapor y su maquinaria rayada y abollada, la mayoría de la cual se atasca tan a menudo que es asombroso que alguien de la Tierra haya logrado pasar de la Luna.
También recupera las ideas anticorporativas y utiliza personajes que parecen personas comunes en lugar de héroes de acción predestinados. Él y su coguionista, Rodo Sayagues, han diseñado una trama rápida, lo suficientemente lógica y, de manera refrescante, libre de los momentos en los que uno se pregunta «¿Por qué están haciendo eso estos idiotas?» que arruinaron Pometheus y Covenant.
De manera sabia, no intenta meter con calzador a Sigourney Weaver, aunque una aparición sorpresa de alguien que apareció en una película temprana de Alien deleitará a algunos fanáticos de la serie y seguro que molestará a otros.
Los personajes principales son un grupo de colonos veinteañeros que están atrapados en trabajos mineros sin futuro en un planeta gris y sucio donde nunca hay luz solar.
Entre los actores están Archie Renaux, Isabella Merced, Aileen Wu y Spike Fearn, pero los únicos personajes que interesarán a la gente son la huérfana Rain, interpretada con gracia por Cailee Spaeny, y su torpe hermano adoptivo Andy, interpretado con exquisitos matices por David Jonsson.
Después de partir, lo primero que descubren estos jóvenes rebeldes es que la nave espacial abandonada es en realidad una estación espacial. Lo segundo que descubren es que está abandonada porque, como ya habrás adivinado, su tripulación fue aniquilada por xenomorfos de cola puntiaguda, garras largas y cabeza de pepino.
Pronto llegará el turno de que estos monstruos persigan a Rain por pasillos de metal, pero ese no es su único problema. Hay suministros de combustible y agentes de la ley de los que preocuparse, y la estación espacial se está desplazando hacia un cinturón de asteroides que la destrozará en cuestión de horas.
Como en los mejores thrillers que van contrarreloj, los personajes tienen una cantidad limitada de tiempo para completar su misión, antes de que ese tiempo se acabe.
Parece una oportunidad perdida no presentar a las criaturas causando estragos en la colonia misma, considerando lo expansivo y detallado que es ese lúgubre entorno. Pero Alien: Romulus cuenta con giros ingeniosos, suspenso que te hace contener la respiración y sustos que hacen que se te caigan las palomitas de maíz.
Al depender de efectos prácticos en lugar de digitales, Álvarez hace que los xenomorfos sean tan aterradores como siempre. Es lo suficientemente sensato como para mantenerlos ocultos durante la mayor parte del metraje, creando hábilmente tensión con ruidos sordos y siluetas.
Cada vez que los monstruos emergen de las sombras, hace un uso repulsivo de la baba asquerosa y las imágenes relacionadas con el nacimiento que se han convertido en las marcas registradas de la serie.