Pese a sus tantas lesiones, los Dodgers sobreviven… y triunfan, han sufrido lesiones de jugadores clave que debieron haberlos hundido.
Al final, todas las temporadas de béisbol pueden sentirse como una versión de seis meses del programa “Survivor” (Supervivientes). El 2024 no es la excepción, ya que muchos equipos contendientes han sufrido lesiones de jugadores clave que debieron haberlos hundido. Los Yankees empezaron sin su as, Gerrit Cole; los Bravos perdieron al venezolano Ronald Acuña Jr. y a Austin Riley más adelante; los Mets sólo han contado con 5.1 entradas de Kodai Senga y, bueno, la lista es larga.
Es una lista que, por supuesto, también incluye a los Dodgers. Mookie Betts estuvo fuera durante dos meses debido a una fractura en la mano izquierda; no contaron con Clayton Kershaw y Walker Buehler al inicio de la campaña; están sin Yoshinobu Yamamoto y Tyler Glasnow ahora mismo y nunca tuvieron a Tony Gonsolin (16-1 hace apenas dos años), que se está recuperando de una cirugía Tommy John y aún tiene la esperanza de lanzar esta temporada. Y como saben los fanáticos de los Dodgers, ésa es solo una lista corta y dolorosa que no incluye al venezolano Brusdar Graterol, quien se lesionó tras efectuar ocho lanzamientos en su debut del 2024, y a River Ryan, quien está fuera después de someterse a una cirugía Tommy John.
Pese a todo eso, y con todas las alineaciones improvisadas que el mánager Dave Roberts ha utilizado – más la forma en que los D-backs y los Padres le han estado pisando los talones — Los Ángeles amaneció el martes por la mañana empatado por el mejor récord en Grandes Ligas.
Cuando los Dodgers firmaron a Shohei Ohtani y a Yamamoto durante el invierno, eso es exactamente donde imaginamos que estarían al acercarse el 1ro de septiembre. Nadie sabía que la trayectoria sería tan interesante o — incluso con una ofensiva construida en torno al destacado Ohtani — tan llena de altibajos como lo ha estado en ocasiones.
El lunes, le pregunté a Roberts, quien ha hecho algunas de sus mejores labores en los primeros cinco meses de la campaña regular, cómo diablos su equipo logró salir del último fin de semana con el mejor récord en el deporte.
Ésta fue su primera respuesta:
“¡Ja! Todavía es un misterio para mí también. Y aún tenemos a nuestros abridores Nro. 1 y Nro. 2 [Yamamoto, Glasnow] en la lista de lesionados”.
Yamamoto está listo para lanzar en juegos de rehabilitación en Triple-A. Los Dodgers esperan estar completos en septiembre. Después de todos los problemas de lesiones que han tenido con sus abridores, y aunque Buehler está lejos de su forma previa a la cirugía Tommy John (1-4, EFE de 6.09), Gavin Stone ha dado un paso adelante últimamente y Jack Flaherty tiene récord de 3-1 desde que los Dodgers lo adquirieron en la Fecha Límite de Cambios desde los Tigres. Además, Michael Kopech, otra pieza adquirida en la Fecha Límite desde los Medias Blancas, ha lucido como toda una estrella de los últimos innings desde que se puso el uniforme de los Dodgers.
Y ahora que Betts ha regresado — y ha vuelto al jardín derecho — Roberts está escribiendo nuevamente los nombres de tres JMV en la parte alta de su orden ofensivo:
Ohtani.
Betts.
Freddie Freeman.
Entonces, los Dodgers están heridos, pero aún armados hasta los dientes. Ohtani ya ha bateado y corrido hasta ingresar al club 40-40, y aún tiene la posibilidad de ser el primer jugador en la historia en conectar 50 cuadrangulares y robarse 50 bases en la misma temporada. Freeman sigue siendo el mismo Freeman. ¿Y Mookie? Sigue siendo uno de los jugadores más versátiles que el deporte ha conocido, capaz de trasladarse tan fácilmente como lo ha hecho de los jardines a jugar ambas posiciones del medio del cuadro interior. No sólo mejoraron los Dodgers cuando regresó. El béisbol mejoró.
Todos saben cuánto talento tienen los Dodgers. No sólo tienen a tres ex JMV en su alineación regular, también tienen a otro ex JMV en Kershaw (2-2 con EFE de 3.72 en seis aperturas). Ahora intentan mantener su lugar en la cima del Oeste de la Liga Nacional y prepararse para hacer que octubre sea algo diferente a un mes de desilusiones para ellos esta vez.
Muchos equipos de la élite han recibido golpes — y golpes con fuerza — y han seguido adelante. Algunos todavía encabezan divisiones, algunos serían Comodines si la campaña terminara ahora — algunos como los Mets y los Medias Rojas están fuera mirando hacia adentro, con Boston desvaneciéndose rápidamente.
Pero los Dodgers han tenido una campaña tan marcada por la lista de lesionados como cualquier otro equipo puntero. Aquí están, de todos modos, en una serie con los Orioles, tres juegos por delante de los D-backs y los Padres.
Dijo Roberts: “Francamente, usamos algunas alineaciones de locura antes de recuperar la salud. Pero hacemos un trabajo notable manteniéndonos enfocados en el juego del día. Recogemos los pedazos y lo hacemos de nuevo al día siguiente”.
Es algo digno de elogios para él y sus jugadores. Ohtani subió por la autopista desde Anaheim, porque quería ganar y ha hecho todo lo posible para llevar la ofensiva de Roberts — incluso cuando Betts estuvo lesionado — y ha sido tan valioso para los Dodgers como lo han sido Aaron Judge y el dominicano Juan José Soto en los Yankees y como Bobby Witt Jr. sigue siendo para los Reales. Cada vez que parecía que la temporada de los Dodgers podía descarrilarse, no lo hizo.
No hay garantía de que vayan a ganar su división. Queda demasiado béisbol por jugar de aquí a octubre. No hay forma de saber cómo lucirá su rotación en septiembre, y mucho menos en la postemporada. Pero los Supervivientes de Los Ángeles todavía están de pie.