Britney quiere llevar a su padre a la cárcel por la tutela legal que desde hace 13 años controla todos los aspectos de su vida y sobre la que suplicó a la justicia el pasado miércoles que llegue a su fin.
Esta es la primera vez que la princesa del pop se opone públicamente a esta figura legal que comenzó en el año 2008, tras una mediática etapa marcada por un comportamiento errático.
Fue la propia cantante quien pidió hablar. Nadie sabía lo que la estrella diría en su primera aparición ante la justicia desde 2019.
“No había vuelto a intervenir porque en la audiencia anterior no me sentí escuchada“, arrancó Spears. Su acelerado discurso, de más de treinta minutos, hiló una lista de impactantes declaraciones que no se esperaban ni los fans ni la prensa presente en el juzgado.
“Esta tutela está pagando el sueldo de mucha gente. Estoy harta“, afirmó. “No tiene sentido que una persona bajo una tutela legal gane dinero”, argumentó luego de denunciar que estuvo obligada a trabajar durante su exitoso espectáculo de Las Vegas.
Spears retrató la tutela como una especie de secuestro del que se beneficia su familia y un grupo de abogados que llevan años recibiendo el dinero que ella ha ganado con su “duro trabajo”.
La jueza solo agradeció el testimonio de Britney, que calificó de valiente, y acordó con las distintas partes implicadas una nueva sesión cuya fecha está por determinar.
Mientras Britney hablaba, un centenar de personas se manifestaron a la puerta de los juzgados, convocados bajo el lema #FreeBritney. “No nos importa si vuelve a actuar o no, queremos que sea feliz y libre”, afirmaron sus fanáticos.
La carrera de Spears, su tutela legal y el lema #FreeBritney tomaron impulso este año tras el estreno del documental Framing Britney, una cinta elaborada por The New York Times que repasa los aspectos más duros de la carrera de la artista.