Los Seattle Seahawks llevaron al límite a unos Vaqueros de Dallas que demostraron que su peor enemigo son los castigos.
De vez en cuando, la NFL se empeña en demostrar que la realidad que se vive dentro del emparrillado es distinta a la de afuera, como si en los 60 minutos destinados al partido nada de lo previo tuviera valor, ni lo que se dice, ni lo que se piensa. Los Cowboys llegaron al enfrentamiento con la confianza de vivir un gran momento, no contaban, sin embargo, que los Seahawks reaccionarían a tiempo para dejar atrás las penas mostradas en las últimas semanas y sacar la casta de un equipo caracterizado por no darse por vencido. Ese espíritu de lucha llevó a los Vaqueros al extremo para llevarse la victoria con un apretado 41-20.
Fue un auténtico duelazo, en Dallas, de esos que reclama el horario estelar, tan venido a menos esta campaña, sobre todo cuando es jueves. Ya se sabía que los Cowboys pondrían puntos en el marcador, pero existía la incógnita sobre la capacidad de Seattle para vulnerar a una defensiva feroz.
Muy pronto los Seahawks desmontaron las dudas, con uno de esos partidos que contó con Geno Smith inspirado. Ya se sabe que la mejor versión del mariscal de campo alcanza para defenderse, esté quien esté enfrente. El quarterback, encima, encontró a la hora buena a su receptor DK Metcalf, desaparecido gran parte de la campaña, pero presente en uno de esos partidos que marcan tendencias.
La conexión entre mariscal y receptor le dio a los Seahawks aire ante la intensidad vaquera. Como resultado se gestó un duelo de toma y daca, sin que alguno de los dos pudiera sacarse verdadera ventaja.
Al show de Metcalf los Cowboys respondieron con CeeDee Lamb. Si el receptor de los Seahawks logró escaparse a la zona prometida, el de Dallas se impuso por todo lo alto para conquistar las diagonales. Fue una declaración de intenciones en toda regla. Al show se sumaron el receptor Brandin Cooks por los locales y el corredor Charbonnet para la visita. Todavía Metcalf, en el último suspiro de la primera mitad, volvió a imponer condiciones ante el novato sensación DaRon Bland para poner el marcador 21-20 a su favor.
Como era de esperarse, ni Cowboys ni Seahawks estaban dispuestos a bajar el ritmo durante la segunda mitad y el show de puntos continuó con su ritmo vertiginoso, hasta el final.
Por los Seahawks, Geno Smith aportó su touchdown por la vía terrestre y DK Metcalf sumó su tercer touchdown de la noche. Por Dallas fueron Tony Pollard, por tierra, Jake Ferguson por aire, y dos goles de Brandon Aubrey lo que permitió a los Cowboys sellar el triunfo, eso sí, sin poder evitar un susto final, con Seattle a un touchdown de la victoria. El intento murió en una presión extraordinaria de Parsons, en un agónico cuarta y dos.