Yankees La Fuerza del Poder y el Arte de la Paciencia, Hoy hace cien años, en un rincón perdido de Texas, nació una locura llamada récord.
Hoy hace cien años, en un rincón perdido de Texas, nació una locura llamada récord. Las Panteras de Fort Worth , con el alma de quienes no saben perder, anotaron 34 carreras en un solo partido… ¡y ganaron 34-2! Aún hoy, ese número sigue ahí, como un gigante dormido que nadie ha podido despertar.
No fue un error de contabilidad. Fue béisbol hecho furia, swing tras swing, out tras out, victoria sobre la derrota, gloria sobre la historia. Y aunque pasaron décadas, esa noche de 1925 sigue siendo leyenda pura.
Los Yankees no solo lideran el Este de la Americana (31-20), sino que han encontrado su nueva arma secreta: Paul Goldschmidt , firmado este invierno desde San Luis. Y no es casualidad que Aaron Judge diga sentirse “muy cómodo” con él en el lineup.
Porque cuando dos cañones derechos comparten el plato, los lanzadores tiemblan. Goldschmidt batea .548 contra zurdos; Judge, .455. Juntos, son dinamita con guante.
Judge, a sus 33 años, sigue imparable: .398, 18 jonrones, 47 impulsadas. Y Paul, a sus 37, se mantiene firme: .345, cinco vuelacercas, 27 remolcadas. Pagados por experiencia y poder, estos dos no solo juegan… dominan.
En San Diego, Luis Arráez también brilla, pero sin estruendo. El venezolano, líder en bases alcanzadas en toda MLB, fue sentado por decisión estratégica de su mánager, Mike Shildt:
“Es tan valioso, tan importante para lograr nuestras victorias, que merece un descanso de vez en cuando”.
Una frase que dice más que números: reconoce al hombre que gana partidos sin necesidad de jonrones. Su paciencia, su contacto, su consistencia son oro puro en un equipo lleno de poderosos.
Tatis, Machado, Bogarts… todos tienen fuerza. Pero Arráez tiene equilibrio . Y en el béisbol moderno, eso es igual de valioso.
Mientras tanto, en Houston, el corazón se detiene. Ronel Blanco , el derecho santiagueño de 31 años, será operado de Tommy John y se perderá lo que resta de temporada. Una noticia dura, pero no definitiva.
Blanco, recordado por su juego sin hit frente a los Blue Jays el 1 de abril de 2024, es un guerrero. Su brazo, herido ahora, volverá. Porque detrás de cada cirugía hay una historia de resiliencia. Y Ronel tiene muchas páginas por escribir.
Cien años después de Fort Worth, el béisbol sigue siendo magia. De los jonrones de Judge y Goldschmidt a la paciencia de Arráez, de los sueños rotos de Ronel Blanco al regreso inevitable, cada día es una nueva entrega de esta novela épica llamada Grandes Ligas.
Y mientras el sol se pone sobre los diamantes, uno puede escucharlo claramente: el béisbol no muere. Solo se reinventa.