Las actuaciones de Pekka Strang , Inka Kallén y Saana Koivisto logran mantener la atención del público, generando empatía gracias a la química genuina que proyectan como hermanos. A través de flashbacks cuidadosamente entrelazados, la película revela las complejidades, abusos y conflictos internos de una familia disfuncional, llevando la trama hacia un clímax impactante.

El bosque, protagonista principal de la obra, se manifiesta como una fuerza omnipresente que teje un oscuro entramado de horror y desesperación. La secuencia final, bañada en una luz carmesí y cargada de simbolismo, nos sumerge en un ambiente surrealista que captura la esencia misma del eco-horror y el aislamiento, contribuyendo a crear una experiencia inmersiva y aterradora para el espectador.