Los Yankees y su dinero muerto, $16 millones que afectan su presente, En medio de una temporada baja marcada por movimientos estratégicos
En medio de una temporada baja marcada por movimientos estratégicos, los Yankees enfrentan un desafío financiero significativo: $16 millones en dinero muerto comprometidos con jugadores que ya no están en el equipo. Este problema, producto de decisiones pasadas, complica sus esfuerzos por reforzar una plantilla que busca mantenerse competitiva mientras opera por encima del cuarto umbral del impuesto de lujo.
El contrato de Aaron Hicks sigue siendo un lastre considerable para las finanzas de los Yankees. A pesar de ser liberado por el equipo, Hicks sigue en los libros con $9.8 millones adeudados en 2025 y $1 millón adicional en 2026 como parte de una cláusula de compra.
Desde que dejó a los Yankees, Hicks ha tenido una actuación marginal en los Angelinos, jugando solo 18 partidos en 2024 antes de volverse prácticamente injugable. Su declive tanto ofensivo como defensivo lo convierte en una carga económica sin retorno productivo, un ejemplo claro de los riesgos de comprometerse con contratos a largo plazo para jugadores cuyo rendimiento puede desplomarse.
Otro caso emblemático es Anthony Rizzo, a quien los Yankees le deben $6 millones en 2025 tras rechazar su opción del club de $17 millones. Aunque este movimiento liberó cierto espacio en la nómina, el contrato de Rizzo sigue siendo un recordatorio de su descenso en el rendimiento.
El ex primera base estrella tuvo una temporada decepcionante en 2024, bateando para .228/.301/.335, con solo 8 jonrones y 35 carreras impulsadas en 92 juegos. Además, su defensa, una de sus fortalezas en años anteriores, mostró un declive considerable. Si bien no se ha retirado oficialmente, Rizzo podría optar por hacerlo en lugar de aceptar un rol secundario en otro equipo, dejando a los Yankees con otro gasto improductivo.
La partida de Juan Soto a los Mets ha dejado un vacío importante en la alineación de los Yankees, uno que aún no han podido llenar completamente. Aunque las adquisiciones de Paul Goldschmidt y Max Fried han reforzado el equipo, todavía falta un bate clave en el cuadro interior para solidificar la plantilla.
El enfoque agresivo de los Yankees en esta temporada baja refleja su urgencia por competir, pero la pérdida de Soto, junto con los $16 millones en dinero muerto, resalta las limitaciones de su flexibilidad financiera.
Con un salario de $18.5 millones, Marcus Stroman se ha convertido en un objetivo prioritario para ser movido y liberar espacio en la nómina. Sin embargo, incluso si los Yankees logran negociar su salida, el impacto del dinero muerto por Hicks y Rizzo seguirá limitando su capacidad para realizar movimientos significativos.
Los Yankees están atrapados entre la necesidad de mantenerse competitivos y las restricciones financieras creadas por decisiones anteriores. La falta de flexibilidad complica sus esfuerzos por cerrar la brecha en su alineación, lo que los obliga a ser creativos para maximizar el valor de cada dólar.
Algunos pasos potenciales incluyen:
El dinero muerto de jugadores como Hicks y Rizzo subraya las consecuencias de una mala gestión en el pasado, un problema que los Yankees deberán sortear cuidadosamente en 2025. A pesar de estos desafíos, el equipo todavía tiene recursos para competir, pero su éxito dependerá de su capacidad para manejar sus finanzas con precisión y realizar movimientos estratégicos.
Si los Yankees logran superar estos obstáculos, podrían consolidarse como uno de los equipos más fuertes de la Liga Americana en una temporada en la que las expectativas son altas.