Cartelera película Cinebox: Todo lo que sabemos sobre Mesa de Regalos, comedia romántica mexicana para un público que busca experiencia
«Mesa de Regalos», una comedia romántica mexicana dirigida a un público que busca una experiencia ligera y divertida, plantea una premisa ingeniosa que promete mucho: dos amigos de toda la vida, Nicolás y Antonia, deciden fingir su amor y casarse para aprovechar los regalos de boda y financiar sus sueños. Sin embargo, esta chispa inicial se diluye en una ejecución que no logra capitalizar su potencial.
La película abre con Nicolás y Antonia sentados en la mesa de los solteros durante la boda de unos amigos. Este recurso clásico del género establece de inmediato el tono ligero de la trama, pero también evidencia una falta de creatividad que permea en el resto de la historia.
Nicolás, un emprendedor frustrado con una start-up para dueños de perros, y Antonia, quien sueña con estudiar una maestría en letras en España, se presentan como personajes entrañables pero estereotipados. Ambos enfrentan las expectativas sociales y familiares que les impiden alcanzar sus metas, un conflicto que busca resonar con el espectador pero que, en ocasiones, se siente superficial.
El humor, un componente esencial en cualquier comedia romántica, tropieza en «Mesa de Regalos» debido al abuso de chistes reciclados y situaciones absurdas que no logran conectar. La frescura de la idea inicial se ve opacada por un guion que recurre a fórmulas conocidas, lo que le resta originalidad y ritmo.
A pesar de ello, la química entre los protagonistas, interpretados por Cassandra Sánchez Navarro y José Eduardo Derbez, es uno de los aspectos más rescatables. Sus interacciones son naturales y aportan los momentos más entrañables de la película, aunque no suficientes para elevar el nivel general de la narrativa.
El reparto principal hace un esfuerzo notable por dar vida a personajes que, en el papel, carecen de profundidad.
En contraste, personajes como Diego (Gustavo Egelhaaf) no alcanzan el mismo nivel. Su construcción superficial y su rol como antagonista menor resultan insuficientes para añadir tensión o complejidad a la trama.
Uno de los aspectos más logrados de «Mesa de Regalos» es su diseño de producción y la selección de locaciones en la Ciudad de México. Los escenarios, desde el apartamento compartido de Nicolás hasta los puestos de comida callejera, reflejan con precisión el entorno urbano y añaden una capa de realismo que contrasta con la falta de profundidad de algunos personajes.
Aunque «Mesa de Regalos» comienza con una premisa original y plantea un conflicto interesante, su ejecución no logra estar a la altura. Los chistes previsibles, los personajes secundarios poco desarrollados y un guion que no arriesga lo suficiente hacen que la película se sienta como una oportunidad desperdiciada.
Sin embargo, el carisma del elenco principal y el retrato auténtico de la Ciudad de México ofrecen momentos rescatables. Para los amantes del género que buscan entretenimiento ligero, «Mesa de Regalos» puede ser una opción, pero no es una película que deje una huella duradera.