Si el Barcelona FC quiere seguir manteniendo opciones, deberá ganar el domingo (21.00 horas) en el Santiago Bernabé
El Barcelona FC quedó apeado anoche de la Champions League de una manera cruel e insoportable. Y eso que el partido no pudo empezar mejor gracias al gol de Raphinha en el minuto 12 después de una gran jugada de Lamine Yamal marca de la casa. Pero las cosas se torcieron, y de qué manera, tras la expulsión de Araujo en el minuto 29. A partir de ahí se jugó otro partido. El Barça se sintió desprotegido e indefenso ante un PSG que olió la sangre. El equipo galo ya había enseñado los dientes y las garras desde el pitido inicial, ejerciendo una presión alta muy intensa y generando ocasiones.
La sensación, a partir de entonces, fue el visionado de una película que no iba a finalizar bien para los intereses del conjunto azulgrana, aunque los pupilos de Xavi nunca bajaron los brazos y merecieron mejor suerte por orgullo y compromiso. Dieron la cara hasta el final y tuvieron opciones para forzar la prórroga. El partido lo acabó afeando el árbitro, el rumano Kovács, que también expulsó a Xavi y De la Fuente (entrenador de porteros del Barça) por protestar. Y castigó al equipo catalán con un penalti, que significó la puntilla definitiva, la bajada del telón de la Champions.
El KO europeo del Barcelona FC agranda la herida sufrida a lo largo de la temporada que, salvo milagro, acabará sin ninguna alegría para la hinchada azulgrana. El equipo dijo adiós a la Supercopa de España y a la Copa del Rey en enero y, ayer, se despidió de la Champions. La única tabla de salvación a la que agarrarse es la Liga, pero a 8 puntos del líder, el Real Madrid, y a falta de siete partidos, la empresa es muy complicada.
Si el Barcelona FC quiere seguir manteniendo opciones, deberá ganar el domingo (21.00 horas) en el Santiago Bernabéu para dejar la diferencia en cinco puntos y, a partir de ahí, esperar a que los jugadores de Carlo Ancelotti pinchen en dos partidos (necesitarían una derrota y un empate de los blancos). Difícil, muy difícil, pero no imposible. El Barça, hasta que los números no digan lo contrario, será fiel a sí mismo y seguirá compitiendo a la espera de lo que sería un milagro.
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Otro de los daños colaterales que dejó la eliminación europea fue el, ahora sí, final del debate sobre el futuro de Xavi en el banquillo. Si el egarense no se cansaba de repetir que no seguiría al mando del equipo la próxima temporada después de anunciar su marcha a finales de enero, ahora ya no tendrá dudas. Ni él, que ya no las tenía, ni el presidente, Joan Laporta, que mantenía la esperanza de mantener al técnico después de reanimar al equipo con su anuncio. Y otro revés: adiós al Mundial de Clubs 2025 en Estados Unidos. Al Barça, otra vez, le toca levantarse.