Los Dodgers han tenido que lidiar con una innumerable cantidad de problemas durante toda la campaña con su rotación de abridores.
El más reciente inconveniente de violencia doméstica cometida por el mexicano Julio Urías se suma a múltiples lesiones y dolencias sufridas por otros lanzadores que estaban llamados a consolidar una rotación, en un principio, prometedora.
El estelar Clayton Kershaw se perdió poco más de un mes de acción entre julio y agosto debido a dolencias en su hombro de lanzar, y que lo obligó a ser incluido en la Lista de Lesionados de 15 días.
Walker Buehler fue operado a finales del año pasado de una cirugía Tommy Jhon y su recuperación se ha tardado más de lo esperado, hasta el punto que a la fecha se mantiene en su proceso de rehabilitación en Ligas Menores.
Dustin May y Tony Gonsolin, quienes comenzaron a buen ritmo la actual campaña, han tenido afectaciones en sus codos de lanzar, lo que los ha obligado a ponerles punto y final a sus respectivas campañas, para ser operados con la operación Tommy Jhon.
La ofensiva, comandada principalmente por Mookie Betts y Freddie Freeman, han salido a dar la cara por el conjunto californiano, quien se encuentra a un paso de meterse nuevamente en la postemporada.