Descubre por qué tanta gente se siente mal a fines de diciembre y como puedes evitar que te pase.

Las presiones de fin de año, los gastos adicionales, el cumplimiento de metas laborales y a nivel personal, la pérdida de un familiar, entre muchos factores, pueden llevar a una persona a sufrir del Síndrome de Fin de Año y aumentar de manera significativa su estrés. 

Para muchas personas diciembre es el mejor mes del año.

Aman los colores, la decoración, la iluminación, las novenas, el juego de los aguinaldos y todo lo que representa esta temporada.

Pero nadie podría imaginar que parte de la población siente con la llegada de diciembre un alto nivel de estrés.

Otros se sienten más presionados ante los gastos que se incrementan; pensar en la ropa para los hijos, los juguetes, la cena navideña, entre otras cosas, los pone con los pelos de punta.

Y hay quienes se sienten frustrados pues no cumplieron las metas propuestas, no alcanzaron lo que se habían trazado y se sienten con el jefe “respirándoles en la nuca” por los resultados.

Por eso es importante que usted sea capaz de manejar el corre corre de esta temporada.

¿cambio de año puede afectar nuestra salud mental? 

La llegada de las fiestas de fin de año suele despertar sentimientos encontrados. Hay quienes se emocionan ante la posibilidad de reencontrarse con personas con las que no se compartió mucho; hay quienes se interesan por las fiestas, los brindis y los intercambios de regalos; y hay también quienes se sienten presionados por la idea del cierre de un ciclo y todo lo que eso significa. 

«Después de una época de mucho dolor, sufrimiento, restricción y miedo causados por la COVID-19  este fin de año será un momento en el que volveremos, un poco, a nuestras viejas costumbres de fiestas, celebraciones, encuentro con la gente«, destaca el psicólogo Yuri Busin, especialista en neurociencia del comportamiento y profesor de la Universidad Presbiteriana Mackenzie de São Paulo (Brasil).

Para Busin, incluso para quienes no celebrarán el año nuevo en una fiesta, el 2023 puede significar esperanza de tiempos mejores, un sentimiento clave para la mente humana. «El paso de un año a otro provoca muchas reflexiones que no ocurren a diario, y que pueden ser beneficiosas o no», añade el experto, quien refuerza cómo este «cambio» en el calendario tiene efectos psicológicos.

¿Qué es el síndrome de fin de año ? 

Una de las reflexiones que dispara la fecha es: ¿qué ocurre, entonces, con la mente si este «balance» sobre lo que ha pasado acaba siendo más negativo que positivo?  

«Tenemos problemas y cuando acaba el año, y no se solucionan, entramos en una fase de auto-culpabilización que puede llevar incluso a la melancolía», afirma Saulo Velasco, psicólogo y profesor de School of Life, y especialista en métodos de enseñanza de habilidades cognitivas complejas (como la resolución de problemas).

Velasco relata que estos sentimientos se conocen como síndrome de fin de año, es decir, un estado en el que la tristeza, la insatisfacción y la presión por sentirse feliz aumentan. «Por ello, son frecuentes los episodios de ansiedad y depresión, con muchos miedos y posibles decepciones», explica el especialista.

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Algunas personas ven el final del año con preocupación y añoranza por los objetivos no alcanzados, y el 31 de diciembre es la materialización de esta ansiedad en relación con los resultados pasados y lo que cabe esperar del futuro. 

«Pensamos mucho en los ciclos. Es una forma de funcionar de nuestro cerebro que tiene una influencia cultural. El cambio de año se ve como el final de uno de esos ciclos, el cierre de un conjunto de oportunidades», dice Velasco. 

«Es interesante pensar que, aunque realmente no se produzcan cambios biológicos o sociales de importancia, la ocasión es un gran hito que provoca reflexiones sobre lo que pasó, lo que dejó de pasar, las promesas cumplidas o no, las pérdidas y las ganancias«, profundiza Velasco. «Nuestro cerebro hace un gran balance de lo vivido en los últimos 365 días, lo que nos puede producir felicidad o tristeza en función de lo sucedido».

Los expertos advierten que las promesas y metas trazadas con el cambio de año, muy habituales en estas fechas, pueden potenciar las malas sensaciones del fin de ciclo. «Esto se debe a que las personas se sienten decepcionadas consigo mismas por no haber alcanzado los objetivos que se proponen, insatisfechas con su propio rendimiento», sostiene Velasco. 

 Formas,de cuidar la salud mental durante las fiestas son: 

  • Evitar comparar los resultados con los de otras personas. «A menudo nos olvidamos de tener en cuenta los procesos de los demás y nos menospreciamos a nosotros mismos. Busca, en cambio, usar el ejemplo como inspiración».
  • Reflexionar sobre los logros y mostrar gratitud. «No te centres en lo que no has conseguido, sino en los retos que has superado”.
  • Sé comprensivo con tus límites y, si no estás contento con el ahora, reflexiona sobre lo que puedes cambiar. «Debemos cuidarnos de los pensamientos crueles hacia nosotros mismos. Ten en cuenta que no puedes cambiar el pasado, pero sí el futuro. Un pequeño cambio de comportamiento ya puede suponer mejoras para el año que viene”. 

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