Baja sobre baja, los Lakers decidieron tomarse el partido en Phoenix ante los Suns con altas posibilidades de derrota. Y en eso se tradujo el resultado.
La dificultad de la lesión de Anthony Davis es un añadido más a la temporada de penuria que le espera a los Lakers si no hacen nada para remediarlo. El periodista Brian Windhorst ha especulado en las últimas horas, incluso, con que ese problema en el pie no se quede en un mes de baja. Sea lo que sea, el primer paso después de conocer este problema fue en positivo para los angelinos.
Victoria frente a los Wizards y aguantando la tensión de un final que se les había complicado. Pero claro, la composición de la plantilla hace que los back-to-back (dos partidos en dos días) sean una cima que ni la del Everest. La edad no pasa en balde y LeBron James casi siempre será reservado en estas circunstancias.
Pero contra los Suns no sólo faltaron los dos sustentos de este equipo, sólo fueron dos más. Reaves, que había destacado últimamente; Westbrook, parte fundamental del intento de recuperación en la clasificación; Toscano, incluso, era baja por un problema de tobillo. La no aparición de Devin Booker en el lado contrario se quedaba en una anécdota con el panorama que presentaban los de Ham.
Phoenix, en plena escalada hacia el liderato, se frotó las manos antes del salto inicial viendo ante qué escenario estaba. El impulso ganado un día antes, después de haber sido golpeados con la lesión del mejor Davis en años en medio de una racha de tres triunfos en cuatro citas, se diluyó en Arizona. 130-104 para los Suns, a un paso de Grizzlies y Nuggets en lo alto de la conferencia, con una actuación que no estuvo amenazada en ningún momento por los angelinos.
La tarea era ardua para los Lakers y no dieron de sí con todos los mimbres que tenía. Darvin Ham tuvo que contar con Nunn (17) pese a estar fuera de la rotación a efectos prácticos. Bryant (16) volvió a estar bien. Schröder (30) fue el mejor del equipo. En el lado contrario tuvieron a un Paul (28) extramotivado que forzó el primer tirón de los Suns, ya en el primer cuarto, a Ayton (21), a Bridges (20) o a secundarios muy acertados, como fueron Craig (17) o Lee (15). El veterano base de los locales dirigió a la perfección frente al desbarajuste de los visitantes y antes de acabar el primer periodo la diferencia en el marcador superaba la decena. La defensa era inexistente por parte de los de púrpura y oro y Patrick Beverley todavía se mofaba de la que realizaba el contrario. Basándose en los triples, encestando veinte y metiendo más de la mitad de los intentados, los rebotes, los pases y la sapiencia para cortar por lo sano las pequeñas reacciones de los Lakers fueron haciendo camino los Suns y acabaron controlando por completo antes del descanso. No tuvo mayor brillantez el enfrentamiento, sirvió para ver algunos minutos a Scottie Pippen o para sumar minutos en el contador de Landry Shamet. Se congela la diversión en los Lakers.