El pívot, titular en ausencia de Anthony Davis, anota la canasta decisiva tras una asistencia de LeBron James, beneficiado por un rechace
Así es, con LeBron y el sustituto del pívot, Bryant, siendo los grandes protagonistas.
A los Lakers se les ha presentado una oportunidad de nuevo para reivindicarse.
Sí, de nuevo en la mediocridad, la proclamación a los cuatro vientos sería la de expresar que hay equipo para sobrevivir a catástrofes como la que les atañe ahora mismo.
Anthony Davis estará fuera, a falta de más pruebas, un mes por una lesión en el pie y deja huérfanos a James, Westbrook y los demás jugadores cuando la remontada en la clasificación estaba dando comienzo y el propio pívot jugaba su mejor baloncesto.
El ejemplo de este domingo es bueno para embellecer de forma momentánea la mirada sobre el equipo, pero para nada sirve para arreglar la estructura o hacerla ver todo lo bien que una victoria te hace parecer.
Los Wizards son uno de los peores equipos ahora mismo en la NBA, lleva diez derrotas seguidas, y su final en el Crypto Arena fue digno de esa consideración.
El 119-117 ilumina el rostro de los Lakers pese a la pesadumbre por Davis. Beal (29) y Kuzma (22), que suenan fuerte en los rumores para fichar por los angelinos próximamente, fueron los máximos anotadores del cuadro de Wes Unseld. Con 33 puntos, 7 rebotes y 9 asistencias LeBron James se echó a su equipo a la espalda, como pediría cualquiera en esta situación. El récord clasificatorio de L.A. es ya 13-16 tras -sólo los Celtics evitaron el pleno- tres triunfos en las cuatro últimas oportunidades.
Fue titular por tercera vez en la temporada en ausencia del lesionado Anthony Davis, que se perderá un periodo de tiempo (varias semanas, seguro) sin determinar tras torcerse un pie en un salto con Nikola Jokic.
El pívot de 2,08 metros acabó con 16 puntos y 10 rebotes, pero sobre todo anotó la canasta que fijó el marcador final y dio el triunfo a su equipo por 119-117 ante los Wizards.
Fue una jugada afortunada en la que, con empate a 117, LeBron James, que hizo 33 puntos y nueve asistencias, mantuvo el balón durante buena parte de la posesión.
Cuando recibió el dos contra uno de los Wizards trató de dar un pase que fue interceptado, el rechace le volvió a él y Bryant, que se encontraba en una esquina, se fue hacia el aro. El alero le encontró y machacó a falta se siete segundos.
«A veces es mejor tener suerte que ser bueno», resumió la estrella de los Lakers.