El VIH es un virus que no solo afecta la salud física sino también la mental es por eso que hoy 1 de diciembre, día mundial del sida es un buen día para ser empáticos con quienes son portadores del virus.
Pese a que ha habido grandes avances en el diagnóstico y tratamiento del VIH, aún quedan muchos escollos que afectan al día a día de estos pacientes y que es necesario y urgente abordar. Hablamos de su salud mental. Nervios y ansiedad, tristeza y depresión, fatiga, deterioro cognitivo, insomnio…
Estos son algunos de los problemas que sufren las personas que padecen VIH y que, a día de hoy, pasan desapercibidos.
La evidencia científica muestra que las personas que viven con VIH presentan mayores niveles de sintomatología en salud mental que la población general, entre ellos depresión, ansiedad, abuso de sustancias e ideación suicida, lo que impacta en la adherencia al tratamiento, la indetectabilidad y, por lo tanto, la intransmisibilidad del virus.
Si un amigo o familiar con este diagnóstico nos confía su situación, es importante mantener una actitud de apertura y comprensión. De igual manera, si es que nos lo pide, podemos animar y acompañar a esta persona en su búsqueda de información, citas médicas, o en su intento de compartir su diagnóstico con su familia o pareja. Esto ayudará a que el paciente se sienta comprendido, validado y aceptado por las personas que lo quieren.
El tratamiento farmacológico es necesario para tener una atención integral durante este proceso, sin embargo, debe ir acompañado de lo siguiente:
3. Formar nuevos círculos sociales: Esto ayuda a que pueda mantener hábitos saludables, como hacer deporte o alguna actividad artística, lo cual también es favorable para reducir la ansiedad y mejorar el estado de ánimo.
4. Acompañamiento del círculo cercano: Es conveniente que la familia, pareja o amigos lo acompañen en el proceso terapéutico, tanto médico como psicológico, para que puedan ser sensibilizados sobre la naturaleza de la enfermedad y las necesidades del paciente.
Se hace urgente entonces, ampliar las políticas hacia intervenciones psicosociales que puedan realizarse inmediatamente después de recibida la notificación de VIH, si la persona así lo requiere, tanto en ámbitos públicos como privados. Estas medidas han mostrado ser eficientes en reducir los problemas de salud mental en esta población y mejorar la adherencia al tratamiento farmacológico.
Si necesitas ayuda, la psicóloga Camila Cortina puede ayudarte, visita su página oficial para obtener más información.