En el primer mes del año de 2020, una vez que los Cowboys de Dallas le ofrecieron a Dak Prescott un contrato por 4 años y 160 millones de dólares, estaban dispuestos a entregarle las llaves del equipo. Nada más lejano a la verdad.
No, los Cowboys tampoco son los accesorios de Cooper Rush, el inexperto pasador que la semana pasada se ha convertido en el primer quarterback en la narración de la franquicia en triunfar sus primeros 4 inicios con el equipo, integrados 3 en esta campaña tras la lesión de Prescott.
En un solo duelo, una hazaña importante, tomando en cuenta que entre sus rivales de la presente temporada figuraron ya Tom Brady con los Buccaneers, así como Joe Burrow con los Bengals.
El domingo, los Cowboys van a tener su prueba de fuego una vez que reciban a los campeones Rams.
Tiene mucho con qué batallar. No únicamente deberá descubrir la forma de contener a Parsons (4 sacks) y a la mejor defensiva contra la carrera de la Liga. Además, buscará resoluciones a sus propios inconvenientes.
Tuvieron inconvenientes para descubrir el sector de anotación, ubicándose en el 29no sitio de la NFL en puntos de vista y 26to en eficiencia en el área roja.
Las 9 pérdidas de balón de Los Ángeles y las 16 capturas que ha sufrido Stafford son especialmente preocupantes para una ofensiva que parece limitada a un inconsistente juego aéreo salvo por el brillante receptor Cooper Kupp (42 recepciones para 402 yardas) y a un ataque terrestre inconsistente.
“Queremos minimizar al mínimo la proporción de veces que golpean a nuestro quarterback. La forma en que se han desarrollado aquellos 2 partidos no es la ideal”, mencionó el instructor en líder de los Rams Sean McVay en alusión a los encuentros frente a Buffalo y San Francisco, en los cuales Stafford juntó 14 capturas.
Sin embargo, los Rams buscarán contrarrestar a Rush y a un ataque que no fue justamente explosivo (17.7 puntos de vista por encuentro) con un Aaron Donald que hace dos semanas alcanzó 100 capturas en su carrera.
El América, con este resultado, siete victorias al hilo y ocho sin conocer la derrota.