Las situaciones familiares, sociales o labores pueden incidir en aumento o reducción de autoestima.
El autoestima, hace que las personas se sientan en su mejor o peor momento, pero debes tener cuidado cuando pasa de forma negativa, ya que puede afectar tu salud emocional y física.
El autoestima es la valoración, percepción o juicio positivo o negativo que una persona hace de sí misma en función de la evaluación de sus pensamientos, sentimientos y experiencias.
La forma en que una persona se valora está influenciada en muchas ocasiones por agentes externos o por el contexto en el que se encuentra.
Asimismo, el autoestima puede aumentar o disminuir a partir de situaciones emocionales, familiares, sociales, laborales y por nuestra autocrítica positiva o negativa.
Además, permite crear nuestra identidad como personas y es imprescindible para convivir en harmonía con la sociedad.
El grado de pensamientos positivos o negativos que tengamos sobre nosotros mismos será determinante a la hora de expresarnos y tomar decisiones.
Una de las características de las personas que presentan una baja autoestima es que suelen auto limitarse y sentir que no valen lo suficiente.
También afecta a la apariencia física, los conocimientos, actitudes, creencias y habilidades. Por lo tanto, no se podrá afrontar la vida con la decisión y el optimismo necesarios.
Es muy importante dar espacio y tiempo a la autoestima.
Las personas que se valoran negativamente tienden a experimentar emociones negativas que predisponen comportamientos poco saludables como el consumo de sustancias, el aislamiento social o el incumplimiento de las prescripciones médicas.
Los estados de ánimo negativos se asocian con vulnerabilidad a la enfermedad, bajo apoyo social y alta conflictividad interpersonal, incrementan la percepción y reporte de síntomas, disminuyen la predisposición a buscar atención médica oportuna.
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