Este impresionante edificio denominado Alhóndiga es uno de los principales atractivos de la hermosa ciudad de Guanajuato por su arquitectura neoclásica.
La Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato, guarda la historia de parte de la Independencia de México, pero además es un edificio muy que impacta a todo el que lo visita.
Seguramente has escuchado la historia en el cole o de los más adultos, que data a principios del siglo XIX con la famosa leyenda de “El Pípila”, un acontecimiento del cual se desprende la historia de éste edificio.
La toma de la Alhóndiga es considerada la primera batalla independentista de Granaditas en la ciudad de Guanajuato y se celebra como un gran triunfo del bisoño e improvisado ejército de Hidalgo.
Se le considera un acto heroico colectivo, cuya culminación fue propiciada por un acto de heroísmo individual de un humilde minero que militaba en el ejército insurgente: El Pípila.
Cuenta la historia que El Pípila, protegido con una losa de piedra atada a la espalda, para evitar las balas de los españoles atrincherados, se acercó al portón del granero y le prendió fuego, lo que permitió que los atacantes pudieran entrar.
Ante la noticia de la llegada de Hidalgo y su ejército, el intendente del centro minero que entonces tenía por sede a la ciudad de Guanajuato, Juan Antonio Riaño, un veterano y militar español, ordenó que las familias españolas y criollas afines al gobierno de la Nueva España y la escasa partida militar de que disponía se refugiaran en la alhóndiga.
Éste era un edificio sólido, rectangular, de poco más de 5 mil metros cuadrados, en el que buscaron refugio cientos de personas entre soldados, españoles y criollos.
El 28 de septiembre de 1810 entró Hidalgo con su ejército al lugar, y enterado de que Riaño, sus soldados y pobladores afines se encontraban refugiados en la alhóndiga, a ella se dirigió.
Hidalgo envió un escrito a Riaño, con quien tenía lazos de amistad, instándolo a la rendición, ofreciéndole que si deponía las armas, tanto él como su familia serían tratados con decoro. Riaño no accedió.
Debido a esto, las fuerzas de Hidalgo superaban en miles a las Riaño. Este, desesperado por la inmovilidad a que lo obligaba el encierro, salió de la alhóndiga con un grupo de soldados a combatir a los atacantes, pero casi inmediatamente cayó abatido.
La solidez del edificio y la defensa férrea que los atrincherados hacían desde la azotea mediante disparos y bombas impedía la irrupción del ejército atacante. Fue entonces cuando El Pípila, mediante su osada maniobra, prendió fuego al portón de la alhóndiga.
Luego de la masacre ocurrida en la alhóndiga, el ejército de Hidalgo procedió a dañar el resto de la ciudad. Durante tres días se ensañaron con la población, los comercios, casas y haciendas.
Hidalgo pudo tomar medidas para el tratamiento de los prisioneros, para el nuevo gobierno independiente provisional de la ciudad y para que su ejército partiera a seguir su destino. No sabía él entonces que el 14 de octubre del año siguiente, su cabeza, dentro de una jaula, llegaría a la Alhóndiga de Granaditas para ser colgada de una de las esquinas, y que permanecería allí por casi diez años.
¡Si quieres visitar este histórico lugar, pregunta en Viajes Joy Tours, la próxima salida al Callejón Del Beso!
La Alhóndiga de Granaditas hoy en día es el Museo Regional de Guanajuato. Un lugar que ha sido reconocido como uno de los más grandes y ricos de la República Mexicana.
Cuenta con 9.275 objetos de gran valor histórico y cultural y se divide en 9 salas: Recinto de los Héroes, donde se encuentra una llama votiva que conmemora la vida de Miguel Hidalgo, José María Morelos, Ignacio Allende, Vicente Guerrero, entre otros personajes importantes de la lucha de Independencia; Artes y Costumbres de Guanajuato, con objetos y artesanía tradicionales del estado.
La Alhóndiga de Granaditas se ubica en el Centro Histórico de la ciudad de Guanajuato, en la esquina de las calles 28 de septiembre y Mendizábal, a unos pasos de la Parroquia y Convento de Belén, del famoso Mercado Hidalgo, obra de Antonio Rivas Mercado y Ernesto Brunel, y de la Plaza del Músico.