El mandatario estadounidense, Joe Biden, hizo saber que pondrá a disposición del mercado hasta 180 millones de barriles de las reservas de crudo estadounidenses en un lapso de 6 meses, un desplazamiento de una escala sin antecedentes con el que el régimen busca minimizar el elevado precio del combustible y combatir la ola inflacionaria.
La elección, que intentará aliviar la escasez de abasto de crudo provocada por la guerra en Ucrania, es la más enorme a partir de que fue creado la reserva en 1974.
No obstante, es poco posible que la liberación, de cerca de 1 millón de barriles por día, resuelva por completo la crisis energética presente, mencionan analistas.
Y comentó que la liberación de petróleo «serviría como puente hasta fin de año, una vez que la producción nacional incremente».