Más claro no puede ser. Las declaraciones del mandatario y la bancada de Morena en el Senado dejan en claro que se asumen como un sistema totalitario.
Los regímenes totalitarios se muestran como la exclusiva vía legítima de dirigir. Juntan partido, régimen y Estado. Niegan la probabilidad de que se exprese democráticamente la variedad, pretenden anular las visiones opuestas o críticas, exaltan la figura de un jefe al se le brindan poderes ilimitados, se asumen como la exclusiva y verdadera representación de la voluntad exitosa, dictan el quehacer de la ciencia, enseñanza, cultura y arte para que se encuentren en consonancia con su desplazamiento. Les estorba la pluralidad de opiniones, el disenso y la prensa crítica y plural.
No conciben una ciudadanía plural sino un poblado monolítico adherido a su desplazamiento. Lo mismo pasa con la patria y su destino, son observados de forma exclusiva.
El pasado 14 de febrero los Senadores de Morena emitieron un informado en el cual se afirma que “el mandatario Andrés Manuel López Obrador encarna a la País, a la patria y al pueblo”, por si esto no fuera suficiente continúan: “los enemigos no son solo opositores a los principios democráticos y famosas que encabeza el Ejecutivo, sino opositores a México y a todas y todos los habitantes que buscan la justicia y el equilibrio social”. Por su lado el mandatario ha reiterado constantemente que toda crítica tiene objetivos oscuros, inclusive la ha etiquetado como golpista.