“Actualmente hay personas infectadas tanto por ómicron como por delta, y hemos descubierto una variante que combina las dos”, comentó el 7 de enero el virólogo chipriota Leondios Kostrikis a un canal de televisión local.
Desde esto, medios de comunicación mundiales se hicieron eco del anuncio y del nombre que los estudiosos brindaron entonces a la “variante”: deltacron, que podría ser una mezcla entre delta, que dominó la enfermedad pandémica a lo largo de buena parte de 2021, y ómicron, que apareció a fines de 2021 y elevó inmediatamente los contagios por el SARS-CoV-2 a cifras récord.
El 8 de enero pasado, Thomas Peacock, virólogo del Departamento de Patologías Infecciosas del Imperial College de Londres, ya había asegurado que “las secuencias chipriotas de ‘Deltacron’ reportadas por diversos enormes medios de comunicación parecen ser evidentemente una contaminación”.
Antes, el 21 de diciembre de 2021, Peacock había tuiteado: “Numerosos informes de secuencias de Ómicron con mutaciones semejantes a Delta (por ejemplo, P681R o L452R). Aunque un subconjunto de dichos podría concluir siendo real, la enorme mayor parte posiblemente resultará ser contaminación o coinfección