El pasado 5 de agosto el FC Barcelona anunciaba la separación de las negociaciones para la continuidad de Leo Messi tras 17 temporadas. El club azulgrana no ha sido capaz de guardar a su estrella gracias a sus inconvenientes económicos y su imposibilidad para adaptarse al Fair Play Financiero. 5 días a partir del informado azulgrana, llegaba el del PSG para hacer oficial la llegada del astro argentino.
Diferente entorno pero mismo resultado el de Cristiano Ronaldo y la Juventus. El luso, como ocurriera en su fase en el Real Madrid, quería nuevos desafíos y buscó una salida. La localizó el 27 de agosto en el Manchester United. El crack, a sus 36 años, retornaba de esta forma al equipo para cerrar el círculo.
Tras 17 campañas, el Barça afrontaba un año sin su alusión en el campo, con Koeman en el banquillo y, para colmo, en el último día de mercado salía Griezmann y llegaba Luuk de Jong, el delantero suplente del Sevilla. No ha podido irle peor a los azulgrana. Lentamente, los accesorios ha sido degenerando en todo lo opuesto a eso que prometió no abrazar jamás. Sin ideas, sin ritmo, sin goles y, lo cual es peor, sin reacción.
Otro enorme del continente Europeo al que le pesa la marcha de su estrella. Ronaldo hizo 101 goles en 134 partidos con la camiseta de los bianconeri y aquello, finalmente, pesa. La Juve, acostumbrada a que el luso solucionara él solamente los partidos una vez que los accesorios se atascaba, perdió dicha alusión, además, con el campeonato ya comenzado. Y los de Allegri lo terminaron pagando.