Ómicron se está convirtiendo en la peor pesadilla de las naciones de Europa. Con más incógnitas que certezas sobre esta variante del covid-19, su instantánea propagación ha puesto contra las cuerdas a territorios como el Reino Unido, cuya capital, Londres, ha proclamado este sábado el estado de “incidente grave” por el caso de la enfermedad pandémica.
Los casos de ómicron confirmados se reduplican cada 36 y 72 horas en las naciones en los cuales ya está presente, ha avisado la Organización Mundial de la Salud en un informe, donde sugiere que la variante tiene una “virtud de aumento importante” sobre la variante delta, hasta ahora dominante.
“Es posiblemente la amenaza más significativa que hemos tenido a partir de el principio de la enfermedad pandémica”, aseguraba con rotundidad esta semana Jenny Harries, máxima responsable de la Agencia de Estabilidad Sanitaria del Reino Unido.
Cada una de las autoridades concuerdan en señalar que la ómicron superará rápido a la delta en el continente Europeo y se convertirá en la variante dominante. La Organización Mundial de la Salud amonesta además de que no se conoce si el veloz incremento de la ómicron se debería a una más grande transmisibilidad, a una más grande capacidad de contagiar a personas vacunadas o a una conjunción de las dos.