Como viene siendo común a lo largo de toda la temporada, aunque hoy sin lograr rescatar los muebles en el tramo final, el PSG sigue dando la sensación de ser un compendio de estrellas supeditado al ingenio personal para triunfar los partidos previamente que un colectivo que aspire a triunfar la Champions League.
Ayer, contra el Niza, los de Pochettino no pudieron pasar del empate a cero en un encuentro que regresó a dejar bastante malas sensaciones de cara a eso que se avecina en las siguientes semanas.
El PSG sabe que puede triunfar la Ligue 1 a medio gas, sin embargo no si le puede ofrecer para conseguir la Champions League. Los parisinos se han malacostumbrado a jugar partidos de bastante bajo ritmo en los cuales apenas produce situaciones y en los cuales aspira dictaminar en el tramo final por un detalle personal.
El sentimiento que le había faltado al partido en la primera parte contrastó con el principio de la segunda, toda una montaña rusa de emociones, aunque sin gol. El PSG tuvo en las botas de Di María la posibilidad más clara del encuentro, en un mano a mano del Fideo que le sacó Walter Benítez de manera milagrosa.