Acostumbrado a las polémicas, el presidente se enfrenta a otra de amplio espectro con un enemigo que no es nuevo: el feminismo, un movimiento muy ligado al ambientalismo en los últimos tiempos y en su día gran aliado del antirracismo.
Cuando aún no se ha apagado la polémica por sus críticas a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el presidente mexicano parece taparla con otra: la que se abre con sus últimas declaraciones en Campeche, donde ha señalado que el feminismo y el ecologismo son también productos del neoliberalismo, movimientos creados “para evitar que la población se diera cuenta de los saqueos que ocurrían en el mundo”.
Dice Andrés Manuel López Obrador: “¿Qué hizo el neoliberalismo o quienes lo diseñaron para su beneficio? Una de las cosas que promovieron en el mundo para poder saquear a sus anchas fue crear o impulsar los llamados nuevos derechos.
Se alentó mucho, incluso por ellos mismos, el feminismo, el ecologismo, la defensa de los derechos humanos, la protección de los animales… Muy nobles todas estas causas, muy nobles, pero el propósito era crear o impulsar, desarrollar estas causas para que no reparáramos en que estaban saqueando al mundo. Y para que la desigualdad en lo económico y social quedara fuera del centro del debate. Por eso no se hablaba de corrupción, se dejó de hablar de explotación, de opresión, de clasismo, de racismo”.
Acostumbrado a las polémicas, el presidente se enfrenta a otra de amplio espectro con un enemigo que no es nuevo: el feminismo, un movimiento muy ligado al ambientalismo en los últimos tiempos y en su día gran aliado del antirracismo.
La ecología es, como el feminismo, otro de los puntos débiles del gobierno de Obrador. Su participación en la Cumbre del Clima COP26, que este año se celebrará en Glasgow, arrancó esta semana con críticas por el bajo perfil ambientalista de quienes representarían a este país en la gran cita mundial, apenas personal de la cancillería.