Expertos han explicado que por el momento no hay pruebas sólidas de que esta variante enferme más a niños y adolescentes que las anteriores, aunque la delta ha incrementado las infecciones entre ellos porque es más contagiosa.
La capacidad de la delta para propagarse con más facilidad hace que sea un mayor riesgo para los niños y subraya la necesidad de usar mascarilla en las escuelas y de vacunar a quienes tienen edad suficiente, señaló el doctor Juan Dumois, pediatra especializado en enfermedades infecciosas en el Hospital Infantil Johns Hopkins en St. Petersburg, Florida.
La tasa semanal de contagios entre los menores estadounidenses alcanzó los 250.000 a principios de mes, superando el peor dato del invierno, de acuerdo con los datos de la Academia Estadounidense de Pediatría y la Asociación de Hospitales Infantiles.
Desde el inicio de la pandemia, más de cinco millones de niños en todo el país han dado positivo al covid-19.
Según la Organización Mundial de la Salud, la variante delta se ha identificado en al menos 180 países. En muchos de ellos, el repunte en las infecciones ha supuesto también un incremento en las hospitalizaciones de niños pequeños y adolescentes.
En Estados Unidos, la tasa de hospitalización por covid-19 entre menores era de menos de dos por cada 100.000 contagiados a finales de agosto y principios de septiembre, similar a la del pico invernal, dijeron los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Pero el porcentaje de ingresados con casos graves no varió de forma significativa.
Estas cifras pueden hacer creer que la variante delta tiene una mayor incidencia en los menores, pero los expertos señalan que ese no parece ser el caso. La mayoría de los niños contagiados presentan cuadros leves de la enfermedad o son asintomáticos y no necesitan hospitalización.