A principios de agosto, una de las actualizaciones periódicas de seguridad de las vacunas contra la covid-19 de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés), se hizo eco de la comunicación de trastornos menstruales tras la vacunación y solicitó más información a las agencias comercializadoras, comprometiéndose a revisar la evidencia disponible y monitorizar este posible efecto.
Por su parte, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) también incluyó este aspecto en su séptimo informe de farmacovigilancia, el pasado 20 de julio, informando que hasta el momento no se ha encontrado una relación causal entre estas alteraciones en la regla y las vacunas de la covid-19, aunque aclara que está en estudio.
En este sentido, desde la Universidad de Granada y el Hospital Universitario San Cecilio de Granada se está realizando un estudio científico, el Proyecto EVA, liderado por la profesora Laura Baena, en el que se trata de evaluar si la vacunación está asociada con esta consulta cada vez más frecuente de trastornos menstruales.
El estudio tiene tres ramas. La primera es un cuestionario online que ya cuenta con cerca de 14.000 respuestas y que esperan cerrar en septiembre. Sin ser datos definitivos y aún no publicados, más del 70 % de las mujeres que han participado refieren haber presentado cambios en su regla tras la vacunación, entre ellos aumento del sangrado, sangrado más frecuente y retrasos en la menstruación, entre otros.
Una segunda rama se centra en el seguimiento a lo largo de un año de algo más de 100 mujeres, desde antes de la vacunación, y si estos trastornos se presentan poder caracterizarlos; entre ellas y sin haber finalizado el estudio, cerca del 30 % refieren estar presentando algún tipo de alteración. En una tercera rama, se está realizando análisis de sangre en un subgrupo de estas voluntarias (antes, entre dosis y tras la última dosis de vacuna) para intentar estudiar el mecanismo biológico que pudiese estar implicado.
El ciclo menstrual y una autopercepción de un patrón menstrual normal es uno de los procesos fisiológicos más importantes para la salud de las mujeres, ya que su alteración es a veces un signo precoz de otras patologías, aunque también puede modificarse por factores externos, como hábitos de vida, aspectos psicológicos, actividad física y consumo de fármacos, entre otros. Sin embargo, existe aún hoy una falta de comprensión acerca de la fisiología menstrual, visible en la falta de estudios que existen en este ámbito.
La covid-19 ha afectado hasta el mes de agosto a más de 200 millones de personas en todo el mundo. La enfermedad está asociada a graves efectos, reflejados en una alta tasa de defunciones y en graves secuelas para la salud. Además, algunos estudios han asociado esta infección vírica con cambios en los niveles de hormonas sexuales de la mujer y con importantes alteraciones en determinados parámetros de la coagulación.
No obstante, los estudios realizados en este sentido continúan siendo escasos para inferir un conocimiento claro acerca del mecanismo y las consecuencias en los trastornos del ciclo menstrual, más aún si se tiene en cuenta la falta de incorporación de la perspectiva de género en la investigación científica, es decir, investigación diferenciada por sexo y análisis posterior con perspectiva de género para entender las razones de las diferencias, si las hay.