Uno de los acusados es el prelado italiano Angelo Becciu, un veterano diplomático a quien el papa Francisco elevó al cardenalato en 2018. Tras una serie de escándalos que salieron a la luz durante dos años de investigaciones, el año pasado Francisco cesó a Becciu como jefe de la oficina de canonización. Sin esperar el veredicto del tribunal, Francisco ha despojado a Becciu de sus derechos como cardenal.