Luego de un año de crisis a causa de la pandemia la cual conllevó a la paralización en la actividad industrial y el desplome del consumo, el sector automotriz sufre ahora con la escasez de semiconductores en el mercado, que vuelve a interrumpir la producción en las fábricas de América Latina y amenaza la esperada recuperación de la cual se tienen cifradas esperanzas.
Para surfear la crisis de oferta de chips, los grandes fabricantes mundiales han recurrido a cierres temporales o reducciones de turnos de trabajo.
Esta es una estrategia que también ha afectado a los dos grandes productores de vehículos latinoamericanos, México y Brasil, considerados los gigantes del área continental con la mayor cantidad de plantas ensambladoras de buena parte de las firmas internacionales
Según la clasificación de la organización internacional de fabricantes de vehículos a motor (OICA por sus siglas en inglés), México, con 3,1 millones de vehículos, cerró 2020 como el séptimo productor mundial, mientras que Brasil (2,01 millones) ocupó el noveno puesto. En 2019 eran el sexto y octavo fabricantes, respectivamente.
Argentina, el tercero por volumen de la región y 30 del mundo en 2020, por ahora no ha visto cierres de fábricas. “Aquí no se ha parado ninguna planta ni se ha discontinuado la producción de algún modelo”, han destacado a Efe fuentes de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa) de Argentina.
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