Hace tres años, esas escenas hubiesen sido inimaginables. Durante décadas Cuba fue uno de los países menos conectados del mundo, no dejó entrar la internet móvil hasta diciembre de 2018. Para entonces, una minoría de los habitantes de la isla tenían internet en sus hogares. El resto sólo podía conectarse en cibercafés o en parques wifi, con una tarifa por hora.