El mandatario peruano Francisco Sagasti no recibió el lunes en el palacio gubernamental a la candidata derechista Keiko Fujimori, quien sin pruebas contundentes clama “fraude” en los comicios presidenciales que favorecen a su rival, el izquierdista Pedro Castillo.
Fujimori, ex primera dama e hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori, acudió a una modesta oficina administrativa del palacio donde dejó una carta en la que pide a Sagasti que convoque a organismos internacionales para que revisen los comicios presidenciales del 6 de junio.
El sábado frente a sus simpatizantes, la candidata le dijo al mandatario que el lunes iba visitar el palacio de gobierno. “Ojalá que tenga la posibilidad de conversar con usted, o si no es así, le dejare la carta personalmente solicitando una auditoría internacional”, dijo en referencia al presidente.
Sagasti no está obligado a recibir a Fujimori y debe guardar imparcialidad en los comicios, según los expertos. Fujimori cuestionó hace poco a Sagasti y lo acusó de estar “interfiriendo” en las elecciones cuando el mandatario llamó al premio Nobel de Literatura peruano, Mario Vargas Llosa, un aliado de Fujimori, para que transmita el mensaje de mantener la calma mientras se espera los resultados oficiales. Lo mismo hizo el mandatario con aliados del candidato izquierdista Castillo.
Keiko Fujimori, de 46 años, afirma sin pruebas contundentes que en el balotaje presidencial se cometió un “fraude” organizado por el partido de su rival, el profesor izquierdista Pedro Castillo.
El lunes tras dejar la carta, Fujimori repitió a la prensa que existen “indicios de irregularidades en diferentes mesas (electorales)”. Añadió que hallaron a hermanos de padre y madre como miembros de una misma mesa electoral, así como suplantación de personas a través de firmas falsas.
Decenas de ciudadanos acusados por Fujimori de que sus firmas fueron suplantadas en las actas electorales han rechazado esas afirmaciones ante la prensa. Las misiones electorales de organismos internacionales no han reportado irregularidades y los presidentes izquierdistas de Argentina, Alberto Fernández, y de Bolivia, Luis Arce, llaman “presidente electo” a Castillo.