El voto 🛂 más que un derecho, un deber ☝️

La posibilidad de elegir a nuestras autoridades es un derecho y un deber. Se trata de un derecho fundamental que permite la participación de los ciudadanos en un aspecto esencial: decidir, en el caso de los gobernadores que conducirán los destinos del país por los próximos años; y quiénes tendrán, por el mismo periodo, la responsabilidad de legislar, fiscalizar y ejercer la función de representación política, si nos referimos a los congresistas.

Acudir a las urnas debería ser indiscutiblemente, un deber de carácter constitucional y legal; pero más allá de lo establecido por normas y principios jurídicos, votar es un deber moral y cívico, pues nos convierte en protagonistas del sistema democrático, en la medida en que la esencia de la democracia es la posibilidad de que sea el pueblo el que exprese libremente su voluntad en las ánforas, eligiendo a sus representantes.

Como bien sabemos, la democracia representativa, es un sistema de gobierno conforme al cual los gobernantes son elegidos por la mayoría de los ciudadanos, en procesos electorales que deben estar marcados por la transparencia. 

Así, los ciudadanos, que es el mandante o soberano, delega, a través de su respaldo en las urnas, la facultad de gobernar en terceros, que se convierten en autoridades por voluntad popular, la misma que se traduce en un número mayoritario de votos, aspecto que, técnicamente, se denomina “mensurabilidad”.

Ahora bien, el desafío es votar responsablemente, es decir, hacerlo luego de informarnos bien acerca de los perfiles de los candidatos, sus propuestas, el comportamiento de los partidos o alianzas electorales a los que representan y los intereses que defienden.

Razones para votar

Tu voto cuenta: Cada voto es importante. Tu voto puede hacer la diferencia en una elección y aunque parezca mínimo, muestra una tendencia y expresa una opinión.

Tu voto es tu voz democrática: Votar es una de las formas de participación democrática básica. Votando se eligen los representantes que dirigen los futuros de nuestro territorio y, en cierto sentido, de nuestra vida en esos territorios. 

Tu voto es un derecho: En muchos países ni siquiera existe la posibilidad de votar para elegir gobernantes, los cuales son descendientes de castas tradicionales, familias monárquicas o dictadores autonombrados.

Aunque no hay fórmulas mágicas para cambiar la realidad descrita, no debemos declinar en nuestro esfuerzo de invocar a los ciudadanos a votar bien, como consecuencia de una seria reflexión y habiendo asumido la importancia de expresar libremente su voluntad en las ánforas, de modo que la democracia deje de ser una hermosa construcción teórica y adquiera una auténtica dimensión existencial.

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