Te despiertas con ella, la tarareas en la ducha, te acompaña en los largos y en los cortos viajes en carro, la bailamos, la cantamos, la disfrutamos y es que un día sin música es como un día sin sol. Nos acompaña allá donde vayamos a lo largo de nuestra vida. Escuchar música es un verdadero placer y, en ocasiones, una auténtica necesidad.
Escuchar música es una de las pocas actividades que implican el uso completo del cerebro. Y por eso, además de hacer vibrar los tímpanos, es positiva para nuestra salud y nuestro bienestar.
Tiene beneficios tanto mental como físicamente para las personas, influye en el humor, en las capacidades cognitivas, en la creatividad, en las enfermedades y ayuda a la liberación de dopamina y endorfina en nuestro cerebro, por lo que nos ayuda a sentir placer y felicidad.
Reduce el estrés y la ansiedad. Escucharla justo antes de irse a dormir es una gran forma de desconectar y olvidarse de las preocupaciones del día a día. Reduce los niveles de estrés ya que disminuye los niveles de hormonas que lo provocan.
Así, además, disminuiremos los problemas de insomnio ya que, como hemos dicho, escuchar música relajante con auriculares por las noches nos ayudará a desprendernos del rumor de esos pensamientos desgastantes que suelen alimentar la ansiedad. Proporciona armonía y equilibrio.
El estrés también es la causa del 60% de las enfermedades que sufrimos los seres humanos, por lo que si nos relajamos mejoraremos considerablemente nuestro sistema inmunológico.
Alivia los síntomas de la depresión. La música clásica y de meditación aumenta el ánimo de las personas y les confiere sensación de calma. Además, hace que liberemos una gran cantidad de dopamina favoreciendo la sensación de felicidad.
Mejora nuestra concentración. Recientes investigaciones han mostrado que oír música relajante, e incluso tocarla, mejora el rendimiento académico y el coeficiente intelectual. Úsala mientras estudias o lees.
Ayuda a comer mejor. Se ha demostrado que escucharla durante la comida nos lleva a ingerir menos calorías y a disfrutar más nuestros alimentos.
Reduce la sensación de dolor. La terapia musical actúa como un distractor, da sensación de control y hace que el cuerpo libere endorfinas para contrarrestar el dolor además de regular la respiración y el ritmo cardíaco, evitando la sensación de angustia.
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