Por temor al desabasto de agua ha provocado que los pobladores adquieran el líquido hasta al doble de su precio y temen de una escasez por la alta salinidad que presentan los mantos acuíferos.
La crisis de agua dulce provocó que habitantes de la zona conurbada de Tampico y Madero, Tamaulipas, iniciaran desde muy temprana hora las llamadas “compras de pánico” ante el temor de una escasez por la alta salinidad que presentan los mantos acuíferos que les provee la Comisión Municipal de Agua y Alcantarillado.
La psicosis se acrecentó cuando los consumidores notaron que algunos negocios que venden agua purificada cerraron por algunos días.
Los estantes de tiendas de autoservicio quedaron semivacios después de que la gente llegó y sin importar marcas y precios arrasaron con el producto.
Desde la madrugada de este jueves la gente comenzó a formarse en los distintos negocios de este giro para llenar garrafones de hasta 20 litros.
Sin embargo, horas más tarde recibieron la noticia que la venta del vital líquido iba ser limitada por persona. El uso de agua embotellada en la zona conurbada se ha multiplicado durante estos últimos días ya que el agua que distribuye la Comisión Municipal de Agua Potable presenta un alto grado de salinidad.
Padres de familia expresaron que se han visto en la necesidad de hacer uso de agua embotellada para poder asear a sus hijos, para evitar alguna enfermedad por el alto grado de sal que trae la de la llave.
Por su parte, el gerente de Comapa de la zona conurbada, Mario Palomares, hizo un llamado a la población a no caer en pánico.
Aclaró que el agua que ellos proporcionan no es de sus costas o del río Pánuco sino del sistema lagunario del río Tamesí. Explicó que debido a la sequía que se ha estado dando la salinidad en los mantos es más fuerte.
Aseguró que el problema es temporal y que esto se vendrá a resolver cuando se registren lluvias. El Sistema Meteorológico Nacional tiene pronosticado que a fin del mes se podrán registrar aguaceros que ayudarán a disminuir la concentración de sólidos y la dureza del calcio y magnesio.
Foto: El Heraldo de México