Que terrible situación como si no tuviéramos suficiente con esta pandemia y tener que lidiar con cosas del corazón;
Una cuarentena que se ha multiplicado en días como conejos en pascua y relaciones tóxicas a distancia.
¿En donde quedarón aquellos años maravillosos en que una simple llamada de la dulcinea nos llevaba al mismo terreno del casanova medieval?.
Recuerdo que esperábamos salir de clases para perdernos un momento entre facultades con la persona que en ese momento llenaba nuestras endebles expectativas.
Hoy un simple mensaje puede ocasionar un terrible escenario, ya ni que decir una omisión al contestar con un emoticon de corazón por que llega la tormenta,
¿Te equivocaste?, ¿para quien es ese corazón?, ¿y quien es ella? ¿en que lugar se enamoró de ti?, esa rubia te está sonsacando…
Y ya envuelto en una desesperación entre explicaciones que no se escuchan y disculpas con sentido de vuelta en “u” al mismo lugar.
Decir adios es siempre algo doloroso, pero ¿en cuarentena? ¡ya por dios!.
Como si el titanic no nos hubiera hecho llorar demasiado, ese chamaquito llamado cupido creo tambien se fue de vacaciones.
Debemos incrementar nuestra tolerancia, comprensión y sobretodo la comunicación, aunque sea solo por cliché.
Pues la enseñanza de esta pandemia es ser mas humanos de lo que fuimos antes de la misma.
Tener confianza en la persona que hemos elegido o simplemente ser maduros y aprender a decir adios sin culpas, sin insultos sin dañar.
Saber dar un adios en tiempos del covid-19.
Desde el centro de mi ser, ¡adios mi amor! hasta pronto…