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El hombre al morir debió tener entre 21 y 35 años.

Fue depositado al interior de un petate junto con un pequeño molcajete a modo de ofrenda.

Así permaneció por más de un milenio, enterrado debajo de la tierra.

Fue el pasado 8 de julio cuando los habitantes de San Lorenzo de las Bayas y de Ocampo, quienes notificaron al Instituto el hallazgo.

El esqueleto se ubicó en posición sedente y flexionado, el joven fue colocado dentro de un fardo funerario.

El único objeto asociado al difunto era el molcajete, fechado entre los años 400 y 700 de nuestra era.

Es probable que, originalmente, el recipiente estuviera encima del bulto

Por ahora, los bienes patrimoniales se investigan en el Laboratorio de Osteología del Centro INAH Tamaulipas.

De acuerdo con sus observaciones durante el rescate, cerca del sitio hay al menos dos entierros más.

Sin embargo, estos no estaban comprometidos por la construcción del tinaco elevado, por lo que permanecen in situ, apoyados en su resguardo por la propia comunidad.

Asi lo dieron a conocer el antropólogo físico Jesús Velasco González y el arqueólogo Vanueth Pérez Silva

En entrevista, y como parte de la campaña “Contigo en la Distancia”, de la Secretaría de Cultura